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EL DIARIO digital
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Pablo Quirno mantuvo un encuentro reservado con el diplomático Wang Wei en el Palacio San Martín. El Gobierno buscó evitar exposición pública mientras intenta equilibrar su acercamiento a Washington con la necesidad de sostener vínculos con Beijing.
El canciller argentino, Pablo Quirno, mantuvo su primera reunión con el embajador de China, Wang Wei, desde que asumió el cargo. Fue un encuentro reservado, sin foto oficial ni comunicado, en contraste con la reunión que Quirno mantuvo semanas atrás con el embajador de Estados Unidos, Peter Lamelas, que sí contó con imágenes y difusión institucional.
La visita del diplomático chino al Palacio San Martín se dio en un contexto de fuerte presión de Washington para que la Argentina reduzca sus vínculos con Beijing. Funcionarios estadounidenses, como Scott Bessent, expusieron públicamente sus objeciones, y también se registraron planteos en conversaciones privadas. Lamelas, durante su postulación en el Senado estadounidense, incluso manifestó que uno de sus objetivos sería debilitar el vínculo bilateral de China con las provincias argentinas, declaración que generó el rechazo de Beijing.
Pese a las críticas públicas de Javier Milei a Xi Jinping y al alineamiento del Gobierno con Washington, la Casa Rosada busca mantener un canal diplomático activo con China. En el último año, los diálogos políticos, económicos y comerciales se sostuvieron con continuidad, más allá de la tensión que implica el posicionamiento internacional del Ejecutivo.
En paralelo, la agenda del canciller incluye un viaje en los próximos días a Sudáfrica para participar de la cumbre del G20. Quirno asistirá en representación del Presidente, luego de que Javier Milei confirmara que no estará presente, en sintonía con la decisión del mandatario estadounidense, Donald Trump.
