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EL DIARIO digital
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Cuentan con rasgos naturales de interés educativo y/o turístico, y aspectos dignos de conservarse. Tienen la particularidad de estar en cercanías a las urbanizaciones, constituyendo una gran fortaleza y generando vínculos participativos entre la reserva y la comunidad. Están reconocidas ampliamente como una estrategia vital para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible, y son
Particularmente dentro de nuestra provincia existe el Sistema Provincial de Áreas Protegidas (SIPAP), regulado por Ley Provincial 2.651, que aplica y establece los criterios para la selección, creación, establecimiento y gestión de las áreas protegidas en el territorio de La Pampa. El sistema está conformado por quince áreas protegidas, de las cuales diez son provinciales y cinco son municipales, que contabilizan aproximadamente 220.000 ha. Si contemplamos al Parque Nacional Lihué Calel el número asciende a alrededor de 252.000 ha. De esta forma la provincia tiene más del 1,75 % de su territorio bajo figuras de protección ambiental.
Promover a la creación e implementación de áreas naturales y culturales protegidas dentro de ámbitos urbanos y/o suburbanos y su incorporación al Sistema Provincial de Áreas Protegidas, es una forma de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, a la vez también, de resguardar el marco natural que referencia su cultura.
Por ello, promover estas acciones en ámbitos urbanos es una forma de colaborar a la conservación de la biodiversidad, a la vez que también se garantizan mejores condiciones básicas ambientales para la ciudadanía.
Dentro del cometido institucional que abarca el gestionar y promover las áreas naturales protegidas y la diversidad biológica de la provincia, se pretende que estas áreas naturales urbanas sean protagonistas de admiración y entendimiento como patrimonio natural y cultural por parte de la ciudadanía pampeana en pos de provocar una modificación positiva en su relación personal con el ambiente, y al mismo tiempo, posibilitar espacios para la participación pública en un manejo conjunto.
De igual modo, con la constitución de Reservas Naturales Urbanas se busca la adaptación de medidas para cumplir con los objetivos económicos, sociales y ambientales para la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pretendiendo contribuir al bienestar y salud de la población generando nexos directos entre la naturaleza y la sociedad; como así también bregar por la sensibilización y concientización ambiental, poniendo de resalto la amplia contribución a las comunidades que prestan estos servicios ecosistémicos, como así también su rol fundamental en la adaptación y mitigación para el cambio climático.
Beneficios y Oportunidades que generan las Reservas Naturales Urbanas
Constituyen espacios verdes para beneficio de la comunidad.
Alivian el déficit de espacios verdes y potencian a los ya existentes, favoreciendo la configuración de corredores biológicos y zonas de amortiguamiento.
Refuerzan la estructura ecológica o infraestructura verde urbana.
Mejoran la estética de los centros urbanos y, en particular, de los barrios vecinos.
Diversifican la oferta recreativa y turística.
Dan empleo a guardaparques, guías, personal de mantenimiento, técnicos y científicos, educadores, constructores de infraestructura, etc.
Generan oportunidades de desarrollo socio-económico.
Promueven la mejora de la salud física y mental de las y los vecinos y visitantes.
Ayudan a dar a los habitantes urbanos un sentido de lugar, conectan a las personas que viven en las ciudades con su entorno inmediato, con su región y en muchos casos definen la identidad de un pueblo o ciudad.
Contribuyen como barreras sanitarias y control biológico de plagas.
Brindan nuevas oportunidades para la educación ambiental y la interpretación de la naturaleza ampliando la oferta de recursos y posibilidades didácticas para los establecimientos educativos.
Constituyen el escenario natural más inmediato para la investigación científica.
Contribuyen con fenómenos naturales como las migraciones.
Facilitan y promueven la participación ciudadana en la gestión activa del área protegida.
Conservan las especies silvestres y valores culturales del paisaje que hacen al patrimonio natural y la identidad de la comunidad local.
Aseguran la provisión de bienes y servicios ambientales (depuran el aire, protegen suelos, costas y riberas, regulan el clima, capturan carbono, estabilizan la dinámica hídrica, recargan acuíferos subterráneos, polinización, prevención de desastres naturales como inundaciones, derrumbes, etc.).
Estos espacios no solo se conservan y protegen a la naturaleza y a los bienes y servicios ambientales que derivan de dicho medio natural, incluida toda su flora y fauna, sino que también se enriquecen nuestras vidas diarias al ofrecer oportunidades educativas, recreativas y de investigación. Es importante seguir promoviendo y apoyando estas iniciativas como parte integral de nuestro compromiso con un futuro más verde y equilibrado para todas y todos.