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EL DIARIO digital
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Los árboles, al igual que todas las demás plantas del Reino Vegetal, nos brindan una amplia gama de bienes y servicios ecosistémicos. En particular, trataremos la captura de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero (GEI) responsables del cambio climático, y la liberación de oxígeno (O2), un elemento vital para la vida en la Tierra. Estos procesos ocurren durante la fotosíntesis, en la cual las plantas transforman la energía solar en energía química para poder "alimentarse". Aunque las algas fotosintéticas o algas verdes producen la mayor cantidad de captación de CO2 y liberación de O2, los bosques y selvas también son importantes sumideros de estos gases.
Además, las selvas y bosques son el hábitat de múltiples especies de fauna y lideran procesos edafogenéticos o de generación de suelo con propiedades únicas. La conservación de los bosques y selvas de todo el mundo siempre ha sido un foco de atención para la comunidad científica, varios gobiernos, organismos internacionales y ambientalistas. Sin embargo, la deforestación es uno de los grandes males que afectan al mundo.
La deforestación es un proceso provocado por el ser humano, mediante el cual se elimina masa forestal, normalmente con el objetivo de cambiar la actividad a la que se va a dedicar dicho suelo o para aprovechar la madera. No toda la deforestación es intencional; algunos factores humanos y naturales, como los incendios forestales y el pastoreo intensivo, también contribuyen. En nuestro país, hemos sufrido grandes eventos de deforestación ligados a la expansión de la frontera agropecuaria, así como también para la producción de durmientes para vías férreas, construcción de muebles y obtención de leña, aunque estos dos últimos son de menor magnitud.
En Latinoamérica, especialmente en la región amazónica, la deforestación ha captado la atención mundial debido a la gran expansión agropecuaria que ha afectado a "el pulmón del mundo". En 2020, la deforestación del Amazonas alcanzó niveles históricos debido al consumo de carne. La principal causa de este aumento en la explotación de los bosques se encuentra en el incremento del consumo de carne a nivel mundial, lo que conlleva una expansión de la ganadería extensiva y el consecuente aumento de cultivos de soja y pastos para la ganadería.
Entre los impactos negativos de la deforestación se pueden mencionar la extinción de especies de flora y fauna debido a la pérdida de hábitat, la degradación del suelo, inundaciones, la deficiencia de fuentes sumidero para captar CO2 y la liberación de este gas a la atmósfera. Esto último ocurre cuando se quema o talan árboles, liberando todo el CO2 que tenían acumulado en su interior.
¿Qué soluciones existen? Una gran solución es orientar políticas públicas hacia la conservación de bosques. En Argentina, contamos con la Ley Nacional de Bosques N°26.331, que brinda a los productores la posibilidad de conservar el bosque en sus tierras mediante un método denominado Pago por Servicios Ecosistémicos. A los productores que conserven y manejen correctamente el bosque se les pagará el Costo de Oportunidad, es decir, el precio equivalente a lo que podrían haber producido si lo hubieran desmontado. Para esto, cada provincia cuenta con herramientas de Ordenamiento Territorial de Bosques, donde las masas forestales nativas se clasifican según su uso en Rojo, Amarillo o Verde, siendo la primera de conservación estricta.
Lamentablemente, debido a las trabas del Gobierno Nacional en fideicomisos y a provincias, como Chaco, que crean modificaciones a las normas que permiten deforestaciones sin límites en zonas de alta vulnerabilidad, nuestro país parece estar retrocediendo en materia de conservación. A diferencia de Brasil y Colombia, donde este año han logrado disminuir la deforestación del Amazonas en un 39% gracias a políticas públicas orientadas a buenas prácticas ambientales.
Esta mala gestión actual de nuestro país tendrá un alto costo, ya que uno de los mayores compradores de materias primas de Argentina es Europa, que cuenta con regulaciones ambientales altamente estrictas.
Veremos qué nos depara el futuro, si nos inclinamos más hacia el ejemplo de Brasil o retrocedemos con la motosierra en nuestros bosques nativos. Por ahora, invito a quienes puedan a plantar un árbol y velar por nuestros derechos ambientales.
*Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MP365