Ambiental

El agua y el aceite no se mezclan

En la columna ambiental de hoy abordaremos la problemática de contaminación de aguas por aceite de cocina mal dispuesto y qué hacer con este.

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EL DIARIO digital

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Por Florencia Srur (*)

La mayoría de las ciudades cuentan con sistemas de cloacas donde se recoge y transporta el material líquido y/o sólido desechado por los desagües de cocina y baño hacia plantas de tratamiento, desde donde se dispone en diversos cuerpos de agua, como ríos, arroyos, lagos, lagunas o el mar. Sin embargo, este proceso puede causar contaminación en los recursos hídricos en función de los elementos que vayan en las cloacas. Cuando hablamos de contaminación, nos referimos a la alteración de la calidad del agua debido a la introducción de elementos externos por la actividad humana.

El aceite de cocina, de origen vegetal, suele permanecer líquido a temperatura ambiente y es consumido por las personas. Es un alimento fundamental, con un consumo mundial estimado de 20 millones de toneladas métricas por año. En Argentina, según datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación en 2016, se consumían alrededor de 47 kg por habitante anualmente. Es importante destacar que existen más de diez formas de aceites vegetales para consumo humano, no solo de maíz, girasol y oliva.

Aunque el dicho popular afirme que "el agua y el aceite no se mezclan", más allá de su connotación poética, es una realidad que ambos compuestos no pueden formar una disolución homogénea y sus fases permanecen separadas. El aceite, debido a su menor densidad, flota sobre el agua, lo que genera problemas.

El aceite forma una película impermeable sobre el agua que impide el intercambio de oxígeno, lo que resulta en la muerte de la fauna acuática y en la degradación del agua. Se estima que un litro de aceite usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua, equivalente a un tanque de agua domiciliario. Además, cuando se solidifica, puede obstruir cañerías y sistemas de alcantarillado, causando inundaciones o daños graves en las áreas urbanas.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Se recomienda que, después de usar el aceite, se deje enfriar, se cuele y se vierta en una botella de plástico limpia o un frasco de boca ancha. Este recipiente debe estar bien cerrado y se debe evitar mezclar el aceite con otros líquidos. Una vez lleno, se puede llevar a un punto de reciclaje o buscar empresas que lo utilicen para fabricar jabones o velas. También es importante limpiar las sartenes u ollas con servilletas de papel para evitar que el aceite llegue a las cañerías durante el lavado con agua.

El aceite usado puede tener usos alternativos, como la producción de biodiésel, que puede ayudar a prolongar la vida útil de los motores de vehículos que funcionan con este combustible. El reciclaje de aceite de cocina para la producción de biodiésel es una iniciativa en desarrollo en muchas partes del mundo, incluida Argentina. Por ejemplo, en La Pampa, en 2021, se instaló una planta de recolección de aceite vegetal en Metileo, en colaboración con la empresa Pampa Combustibles.

Es importante recordar que todas nuestras actividades tienen un impacto en el medio ambiente. Aunque el impacto cero puede ser difícil de lograr, podemos tomar medidas, como cocinar con conciencia ambiental, para minimizar nuestro impacto negativo en el entorno mientras disfrutamos de una deliciosa comida.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN365

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