Ambiental

El dengue es una epidemia socio-ambiental

Por Florencia Srur (*)

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EL DIARIO digital

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Actualmente Argentina presenta una de las epidemias más grandes jamás vividas de dengue. En la columna ambiental de hoy veremos cómo impacta el Cambio Climático y el daño ambiental como factores causantes.

El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se manifiesta con síntomas como fiebre, dolor corporal, sarpullido y malestar general. En Argentina, esta enfermedad es endémica y tiene un estrecho vínculo con la estación del año y el desarrollo de estos mosquitos, por lo que puede considerarse estacional. Se dice que tiene características explosivas, con una gran cantidad de casos reportados en poco tiempo, debido a que los mosquitos eclosionan sus huevos simultáneamente y tienen una corta vida media como adultos. En todas las especies de mosquitos, la hembra es la que se alimenta de sangre.

Normalmente, el dengue alcanza su pico en verano y comienza a disminuir a principios de otoño, pero este año en Argentina no se ha observado esta disminución. Desde 1997, cuando la infección resurgió, nuestro país no había registrado episodios tan devastadores de esta epidemia como los que se están experimentando en el período 2023-2024. Hasta la fecha, se han reportado 151,310 casos de dengue y 106 fallecimientos, según el último boletín del Ministerio de Salud de la Nación. En comparación con el período 2022-2023, cuando se registraron 65 fallecimientos, la situación es considerablemente más grave. Además, se han detectado casos autóctonos de dengue en zonas del país que nunca antes habían experimentado esta situación, como Bahía Blanca, Azul y Tandil, debido a condiciones de temperatura anormales que favorecen la proliferación de mosquitos.

El período inter-epidémico, es decir, el tiempo entre epidemias, se ha acortado notablemente, siendo el período 2009-2016 el más largo con 7 años de separación y los períodos 2022-2023 y 2023-2024 los más cortos en la historia, con solo un año de diferencia.

¿Qué factores han contribuido a empeorar la situación? Existen varios factores, principalmente de carácter ambiental, que incluyen la falta de campañas de prevención, la escasez de repelentes accesibles y la falta de políticas públicas de vacunación, cuidado y prevención. Las condiciones climáticas, como las olas de calor y las tormentas frecuentes, han aumentado la tasa de reproducción de los mosquitos. Además, el clima cálido prolongado del otoño ha retrasado el cese del ciclo de vida del mosquito, lo que ha llevado a un aumento de los casos de dengue incluso en fines de marzo. Estos fenómenos pueden atribuirse al aumento de la temperatura media global debido a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, a pesar de los esfuerzos de las Naciones Unidas por abordar el cambio climático.

¿Qué medidas se pueden tomar? Es importante vacunarse contra el dengue y adquirir repelente si es posible. Sin embargo, la mayoría de la población no puede hacerlo debido a la alta vulnerabilidad socioeconómica. Por lo tanto, es fundamental exigir políticas de estado que concienticen a la población sobre la eliminación de criaderos de mosquitos, el cuidado adecuado del entorno y la mejora de los servicios de salud pública. Es necesario que nuestro país "aborde" no solo la crisis económica, sino también, la crisis sanitaria y socioambiental, ya que unas pueden exacerbar la otra y viceversa, como una bola de nieve cayendo. Por último, para aquellos que deseen hacer repelentes caseros, es importante investigar cuidadosamente si son efectivos y seguros para la piel.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN365

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