¿Está el Litio argentino en malas manos?
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EL DIARIO digital
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Desde 1993, se celebra anualmente el Día Internacional del Agua, una jornada destinada a concienciar sobre la importancia de preservar este recurso vital. Cada año, designado por la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU), se enfoca en una temática particular. El pasado viernes 22 de marzo, se conmemoró bajo el lema "El agua por la Paz", destacando la relación entre los conflictos bélicos y la gestión del agua, dada la creciente incidencia de disputas internacionales ocurridas durante 2022, 2023 y 2024.
La ONU ha publicado datos alarmantes sobre la disponibilidad y calidad del agua potable en el mundo, especialmente en el contexto del cambio climático global. Es importante tener en cuenta que no toda el agua disponible es apta para el consumo humano. El agua se clasifica según su calidad, determinada por sus propiedades químicas, biológicas y físicas. Los estándares de potabilidad varían según los países, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece valores de referencia a nivel mundial.
El primer punto que aparece en el informe de la ONU titulado "El agua: en el centro de la crisis climática", aproximadamente 2.000.000.000 (dos mil millones) de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua potable segura en la actualidad y, se estima que, la mitad de la población mundial (4.000.000.000.000 de personas) sufre una grave escasez de agua en algún momento del año.
Se menciona que, solo un 3,5% del agua de la Tierra es dulce, pero de este porcentaje, el 70% está congelada en glaciares y casquetes polares. Es decir que, debido al derretimiento de los hielos árticos y antárticos por el aumento de la temperatura media global causado por las actividades humanas que han llevado a un cambio en el clima mundial, se reduce la disponibilidad de agua dulce, mientras que el aumento del nivel del mar amenaza la calidad del agua subterránea debido a la salinización.
Para abordar estos desafíos, se están implementando diversas soluciones a nivel mundial. El foco está en la conservación de reservorios de agua dulce como son los humedales a nivel mundial. Además, poder cumplir con las promesas de cese o baja de emisiones de Gases de Efecto Invernadero para que este problema no sea cada vez peor. También, en algunos países se está innovando en desalinizadores de agua de mar que son cada vez más eficientes y pueden procesar grandes cantidades de agua para poblaciones medianas. También, tecnologías que buscan que el agua atmosférica de vapor, pueda ser capturado y transformado a estado líquido. Sin embargo, esta tecnología aún no es masiva y es cara, y, en el caso del segundo, aún está en modo de prueba. Pese a que no sabemos qué impacto puede generar a los ecosistemas transformar el agua de mar en agua dulce, dado el enorme impacto que hemos estado generando ahora, hay quienes piensan que, pese a ese riesgo, algo hay que hacer. El impacto cero no existe, lo importante es poder mantener nuestra especie sin afectar al mundo que nos rodea y a las generaciones futuras.
Para finalizar, lamentablemente el informe de la ONU no brinda soluciones ni recomendaciones sobre cómo traer paz. Quizás la paz venga cuando sepamos manejar de manera correcta nuestros recursos naturales y logremos vivir en un ambiente sano.
*Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN365
