Ambiental

Millonarios contra el planeta

En la columna ambiental de hoy abordaremos uno de los mayores problemas ambientales, la desigualdad y la mayor generación de emisiones de Gases de Efecto Invernadero por parte de las elites mundiales.

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EL DIARIO digital

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Por Florencia Srur (*)

La reconocida Organización No Gubernamental (ONG) Oxfam International llevó a cabo un estudio en el que sostiene que el 1% más rico del mundo emite más contaminantes que el 66% más pobre. Fundada en 1942, en parte por activistas sociales y académicos de la Universidad de Oxford, Oxfam tiene como objetivo combatir la desigualdad global, erradicar la pobreza y la injusticia. Con sedes en 19 países, la organización ha ampliado su enfoque no solo a cuestiones socioeconómicas y políticas, sino también al ámbito ambiental.

El estudio, titulado "Millonarios contra el Planeta", revela que la llamada "elite contaminante" emite tantas o incluso más emisiones de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero responsables del cambio climático, que el 66% más pobre del planeta, es decir, alrededor de 5 mil millones de personas. Esta elite, con ingresos anuales de al menos 140 mil dólares, contribuye con el 16% de las emisiones globales de CO2, según datos verificados para el año 2019 mediante el cálculo de la Huella de Carbono. Este alto nivel de emisiones se atribuye al consumo ostentoso de esta parte de la sociedad, que incluye yates, aviones privados y flotas de automóviles.

Otro tema, que no aparece en este estudio pero que vale la pena remarcar, es que se destaca el significativo impacto ambiental del uso de inteligencia artificial (IA) en los negocios de esta elite, con un enorme consumo de agua. La IA, esencial para el desarrollo económico de estas empresas, utiliza millones de litros de agua al día, ya que los procesadores requieren enfriamiento, y aunque hay métodos alternativos, el uso de agua resulta más económico, aunque con un costo ambiental elevado. Datos de 2022 indican que el consumo de agua de Google aumentó un 20%, y el de Microsoft, dueña en un 75% de OpenAI, aumentó un 34% en el mismo período. Estos valores no incluyen los recursos hídricos utilizados en la generación de electricidad para los servidores ni en los procesos de fabricación del hardware. Amazon, que junto con Google y Microsoft controla casi la mitad de los hipercentros de datos en todo el mundo, ha optado por no proporcionar datos a este respecto.

El problema radica en que, a pesar de que un pequeño porcentaje de la población emite una gran cantidad de contaminantes, las consecuencias afectan de manera desproporcionada a los más vulnerables. El cambio climático no discrimina; afecta a todos, independientemente de su nivel de contaminación. Latinoamérica, aunque emite menos gases de efecto invernadero y consume menos agua en comparación con esta elite contaminante, presenta una mayor vulnerabilidad a los impactos del cambio climático.

En este sentido, los países latinoamericanos piden, año tras año, en las Conferencias de las Partes, que se consideren compensaciones económicas por parte de los países contaminantes. Se propone la condonación de deudas externas a cambio de la adopción de tecnologías verdes, así como la implementación de normativas claras para la adaptación y mitigación. Sin embargo, la preocupación radica en que los acuerdos internacionales ambientales no se están cumpliendo.

Como sociedad, es crucial velar y luchar por el cumplimiento de nuestros derechos ambientales, los cuales parecen estar cada vez más en peligro. La salud también depende de un ambiente sano, como lo establece nuestra Constitución Nacional.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPn°365

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