Nueve de cada diez argentinos creen que estamos al borde del colapso
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EL DIARIO digital
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Por Florencia Srur (*)
El 31 de agosto de 2023, se publicó un artículo en la destacada revista científica The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) titulado "Agricultural Intensification and Childhood Cancer in Brazil" (Intensificación agrícola y cáncer infantil en Brasil). En este estudio, investigadores de diversas universidades de Estados Unidos vinculan la rápida expansión de la soja y el aumento del uso de pesticidas en los biomas Cerrado y Amazónico de Brasil con un aumento en la mortalidad por leucemia infantil.
La sospecha de que los agroquímicos, especialmente los pesticidas, pueden causar daños graves, no solo al medio ambiente como sistema, sino también a la salud humana, ha sido expresada repetidamente por diversos investigadores, escritores, periodistas y defensores del medio ambiente. Es crucial mencionar el influyente libro de 1962, "Primavera Silenciosa" de Rachel Carson, donde la bióloga marina y conservacionista estadounidense realiza un análisis exhaustivo y alerta sobre los peligros del uso de pesticidas para la salud humana. A pesar de las numerosas denuncias sobre el uso de estos químicos, que se usan en nombre del "desarrollo" y la "alimentación", la transformación productiva aún no ha logrado alejarse de ellos ni cambiar hacia formas de producción no contaminantes y beneficiosas para la salud.
Aunque la población mundial alcanza los 8 mil millones de personas y es necesario producir alimentos a gran escala, la realidad es que el hambre en el mundo persiste y aumenta, con 735 millones de personas padeciendo hambre a nivel mundial en 2023, en comparación con los 613 millones en 2019. Estamos siendo envenenados no solo para no comer con calidad, sino también para enfermarnos y no lograr los objetivos de reducción de la hambruna mundial.
En relación con el estudio científico, se utilizaron datos sanitarios, de uso del suelo, aguas superficiales y demografía. La muestra se seleccionó principalmente en zonas rurales con al menos un 25 % de superficie agrícola. Los resultados indican que, entre 2008 y 2019, 123 niños menores de 10 años fallecieron a causa de leucemia linfoblástica aguda (LLA) asociada a la exposición a plaguicidas, de un total de 226 muertes por la enfermedad registradas en el mismo período. Esto se relaciona con el aumento significativo de la producción de soja en las zonas analizadas, triplicándose en el Cerrado Brasileño y multiplicándose por 20 en la región amazónica entre 2000 y 2019, junto con un aumento de 3 a 10 veces en el uso de plaguicidas durante el mismo período. Además, los cultivadores de soja brasileños utilizan pesticidas a un ritmo 2,3 veces mayor por hectárea que en Estados Unidos.
Aunque el estudio se centra en Brasil, la problemática también afecta a Argentina, donde informes de ONGs y universidades nacionales señalan la presencia de residuos de agroquímicos en orina, sangre, pelo y piel de la población. Además de la contaminación del agua y el suelo, se observa afectación a la flora y fauna nativa, así como una alta incidencia de cáncer y otras enfermedades, incluyendo malformaciones en la infancia, en toda la cuenca sojera del país.
El estudio propone diversas medidas para mitigar los impactos, como la formación y educación de los trabajadores agrícolas, la implementación de normativas inteligentes para el uso de pesticidas y la mejora del acceso a la atención sanitaria. No obstante, idealmente, deberíamos avanzar hacia formas de producción que, además de alimentarnos, no nos lleven a una lenta autodestrucción.
(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN°365
