Cuidar el ambiente es cuidar nuestra salud

Por Florencia Srur (*)

Toda actividad humana tiene un impacto en el medio ambiente. Esto significa que, si la forma en que vivimos como sociedad no es sostenible, corremos el riesgo de alterar y contaminar los elementos clave de nuestro entorno, como el suelo, el agua y el aire. Además, nuestras acciones pueden llevar a la extinción de diversas especies de flora y fauna, lo que actualmente estamos presenciando en la sexta gran extinción, principalmente debido a actividades humanas. Estos impactos medioambientales tienen un impacto directo en nuestra salud. El estudio de cómo las alteraciones ambientales afectan nuestra salud se conoce como Salud Ambiental. En resumen, la Salud Ambiental se centra en evaluar y controlar cómo las acciones humanas afectan el medio ambiente y, a su vez, cómo el entorno afecta a las personas.

Las condiciones físicas, químicas y biológicas en nuestro entorno que influyen en nuestra salud se denominan Determinantes Ambientales para la Salud, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que tener entornos más saludables podría prevenir casi una cuarta parte de la carga global de enfermedades. Recordemos que este derecho se encuentra consagrado en el Artículo 41 de la Constitución Nacional Argentina como el derecho a un ambiente sano. Esto no es una simple formalidad, sino un principio esencial. Según la OMS, en 2016, aproximadamente 13.7 millones de muertes (o el 24% de todas las defunciones a nivel mundial) se debieron a riesgos ambientales que podrían haberse evitado o reducido, como la falta de acceso a agua segura, la insuficiencia de saneamiento básico, la contaminación del aire y del suelo, la presencia de vectores que transmiten enfermedades, radiaciones ionizantes y no ionizantes, la exposición a metales como el plomo y el mercurio, y la presencia de productos químicos (particularmente plaguicidas).

En relación a esto, la OPS señala que alrededor de 28 millones de personas carecen de acceso a una fuente de agua mejorada, y 15.6 millones no cuentan con instalaciones sanitarias adecuadas, lo que da como resultado alrededor de 30.000 muertes evitables cada año. Además, no debemos pasar por alto las afecciones de salud, como el cáncer y los problemas en el sistema nervioso central, derivadas del uso inadecuado o abusivo de agroquímicos. También debemos considerar los factores relacionados con el clima, ya que el cambio climático está dando lugar a eventos climáticos más extremos, como sequías e inundaciones más intensas, temperaturas extremadamente altas y bajas, entre otros impactos. Estos eventos no solo causan devastación en términos de viviendas, infraestructuras y vidas humanas en todo el mundo, sino que también generan problemas adicionales, como la inseguridad alimentaria y la contaminación del aire, que pueden resultar en un mayor número de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, traumatismos y muertes prematuras.

En conclusión, cuidar al ambiente es cuidar nuestra salud. No es un simple capricho, es nuestra vida y supervivencia que está en juego.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN° 365