Ambiental

La comida no se tira, el problema de la industria lactea

En la columna ambiental de hoy veremos un gran problema ambiental del que poco se habla, la contaminación derivada de la industria láctea. ¿Existe una solución?Escribe: Ing. Florencia Srur

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EL DIARIO digital

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Hace aproximadamente unos 11.000 años, la humanidad comenzó a domesticar y criar especies animales con el fin de aprovechar sus productos y subproductos, incluyendo la leche de caprinos y rumiantes. De la leche se derivan una amplia variedad de alimentos, entre los que se destacan los quesos y yogures. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el año 2022 se consumieron a nivel mundial unos 230 millones de kilogramos de leche, con un promedio de consumo por persona de 188 litros anuales en 2021. Es importante señalar que este promedio global se encuentra por encima de la recomendación de la FAO de 180 litros al año por persona, ya que existen regiones que consumen más y otras que consumen menos.

En Europa, por ejemplo, el consumo promedio por persona al año es de 300 litros, mientras que en países desarrollados se sitúa en alrededor de 240 litros por persona al año. En contraste, en varios países en vías de desarrollo, el consumo es de tan solo 80 litros por persona al año, muy por debajo de la recomendación de la FAO.

Ahora bien, centrémonos en los subproductos de la leche, siendo el queso uno de los principales contribuyentes a los problemas ambientales. Se estima que para producir 1 kilo de queso se requieren aproximadamente 10 litros de leche, lo que significa que alrededor de 9 litros de agua se desperdician en la producción de queso. Pero, ¿qué representa exactamente esta agua?

El proceso de fabricación del queso implica separar las proteínas y la grasa de la leche, dejando el resto en un líquido conocido como lactosuero. De manera simplificada, el queso es esencialmente la grasa y la caseína de la leche, mientras que el lactosuero contiene otros componentes. A pesar de su valor nutricional y su potencial utilidad, el 47% del lactosuero se elimina y se descarga en sistemas de agua, lo que provoca problemas significativos de contaminación y altera las propiedades físico-químicas de los ecosistemas, afectando la biodiversidad.

El lactosuero puede tener múltiples aplicaciones beneficiosas, como la creación de alimentos ricos en proteínas, la producción de polvo de lactosuero para la industria alimentaria y la fabricación de suplementos proteicos para atletas, así como la obtención de proteínas puras de lactosa con fines farmacológicos. Además, puede utilizarse para fabricar biocombustible.

Entonces, ¿por qué se desecha si es tan útil? Hay varias razones para ello, que incluyen el costo de refrigerar las enormes cantidades de lactosuero que se generan durante la producción de queso, la falta de conciencia sobre los impactos ambientales de su desecho y la pérdida de un recurso alimentario valioso. Además, la falta de incentivos en la industria contribuye a esta práctica.

La reutilización del lactosuero y su consideración como un recurso valioso forman parte del paradigma de la Economía Circular, que busca minimizar los desechos a través de la reutilización, el reciclaje y la transformación de los residuos. En este contexto, se reducen los impactos ambientales y se obtiene un beneficio económico por el aprovechamiento de estos subproductos. Las políticas públicas que fomenten esta transición hacia la Economía Circular, brindando apoyo a pequeñas y grandes empresas, son fundamentales. El lactosuero no es basura, es comida y la comida no se tira.

*Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN° 365

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