La Pampa

Otorgaron la propiedad de su campo al puestero Silvestre Pinedo

El puestero de Paso Maroma estuvo a punto de sufrir el despojo del campo en el oeste en 2006, en pleno auge del conflicto de tierras en el oeste pampeano. Un diputado mudó su banca hasta el puesto para protegerlo de las topadoras. Un fallo judicial le otorgó la posesión veintañal después de quince años.

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EL DIARIO digital

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El puestero de Paso Maroma, Silvestre Pinedo, finalmente obtuvo la posesión veinteañal de su campo y ahora podrá escriturar, después de una lucha de más de una década para no ser despojado del lugar donde vivió su familia por más de cincuenta años.

La semana pasada, confirmó El Diario, el juez de Control de Victorica, Carlos Roberto Espínola, firmó la sentencia que estableció que Pinedo vive desde hace más de veinte años en el puesto La Rondana, con ánimo de dueño, una ocupación pacífica y haciendo mejoras en el lugar. El empresario que había comprado la tierra en la década del '70 a pesar de que había puesteros en el lugar finalmente no apeló y el fallo quedó firme. De esta forma, solo le resta escriturar las 2.500 hectáreas que ocupa.

En plena emergencia de los conflictos por la tierra en el oeste y los despojos, el entonces diputado provincial Juan Carlos Scovenna llegó a trasladar su banca al oeste, para darle protección ante la amenaza de las topadoras, que pretendían cercarlo para que abandone su vivienda. Scovenna contó que siente "mucha alegría" este martes "puesto que después de larga lucha, Silvestre Pinedo es propietario de su campo "La Rondana" en Paso Maroma. Allí establecí mi despacho de Diputado hace casi dos décadas, con la finalidad de impedir el despojo al que se lo pretendía someter. La Justicia tarda, pero llega", publicó en redes.

En abril de este año un equipo periodístico de El Diario realizó un informe especial en la zona y entrevistó a Pinedo, que aguardaba con expectativa alguna novedad judicial.

Una historia de lucha y resistencia

En diciembre de 2006 Scovenna mudó su despacho al campo porque lo amenazaban las topadoras al puestero. Finalmente, la policía debió impedir el cercamiento del puestero y un enfrentamiento con el puestero, que resistió el  intento de despojo.

El puesto está cerca de Paso de los Algarrobos, una zona de difícil acceso, ubicada a 400 kilómetros de Santa Rosa, donde no hay teléfono, luz eléctrica ni antenas de telefonía celular.

Un médico de Villlegas había comprado en la década del '70 un lote de 10 mil hectáreas a pesar de que allí vivían tres familias de puesteros desde hacía dos o tres generaciones. A una familia de puesteros logró despojarla en los 2.000.

El médico nunca ejerció posesión de la tierra. En diciembre de 2006 pretendió desalojar por la fuerza a Pinedo. Desde entonces se tramitó un litigio judicial a través de la defensoría de Victorica, que representó al puestero. Y recién ahora ese litigio llega a su fin.

En abril de este año un equipo periodístico de El Diario visitó a Pinedo en su puesto, que en esos momentos aún aguardaba una resolución judicial. Hasta este martes al mediodía ni Scovenna ni los funcionarios judiciales pudieron notificar al puestero porque no podían comunicarse telefónicamente.

En aquel momento Scovenna utilizó una habitación del rancho ubicado en el puesto de Silvestre Pinedo, perteneciente a uno de los habitantes amenazados, para instalar un mástil con la bandera argentina, el diploma de diputado y toda su documentación personal.

Tres generaciones en la misma tierra

El puesto "La Rondana", de Silvestre "Tolo" Pinedo, se encuentra al noroeste de la provincia, en la parte inferior del departamento de Chalileo, y en el límite del departamento de Limay Mahuida. Está ubicado entre dos brazos secos del río Atuel, y cerca del río Salado, cursos que se unen un poco más al sur. Apenas a cinco kilómetros del Paso Maroma, un pequeño puente sobre el Salado y a 30 kilómetros del paraje Paso de los Algarrobos. 

El puesto está ubicado en la parcela 1, Lote 21, de la Sección XVIII, Fracción D. Se llega al puesto desde la ruta 143, viniendo desde Santa Isabel, circulando de noroeste hacia el suroeste, o por la misma ruta de tierra, pero desde Chacharramendi y Limay Mahuida, en sentido inverso. Los caminos son de tierra y el último tramo una huella intransitable para vehículos comunes, solo apta para camionetas altas.

La familia de Silvestre Pinedo se asentó en la zona a principios del Siglo XX. El padre del puestero, Irineo Pinedo, nació en el puesto en el año 1924. Su madre se llamaba Petrona. Él se casó con Mercedes Calfuán, con quien tuvieron doce hijos. La familia vivía en una economía de subsistencia, criando chivos en el campo abierto y sin alambrados.

Silvestre es el tercero de los hijos, y el primero de los tres varones de esa extensa prole. Nació en el año 1954, fue dos años a la escuelita rural de Paso de los Algarrobos apenas dos años y después se dedicó a cuidar las chivas de su padre, que pastaban en los campos abiertos y había que sacar y juntar diariamente.

Cuando Silvestre Pinedo tenía veinte años, en 1974, murió su padre, con 50 años. Y al poco tiempo, apenas había pasado un año, también falleció la madre. Silvestre, como hermano mayor varón, quedó al frente del puesto, junto a la hermana mayor, Hipólita, a cargo de la economía del puesto y de la crianza de los hermanos y hermanas, algunas de 4 o 5 años. El hermano menor era un niño de meses, había nacido cuando la madre ya estaba enferma, y si bien lo entregaron a una familia para que lo criara, enseguida volvió al puesto porque no lo podían tener y también lo criaron Silvestre y su hermana.

El intento de despojo

Por la misma época en que Pinedo atravesaba el trauma de la muerte de sus padres y de tener que ponerse al frente de la familia que conformaba con sus hermanos, un médico de Villegas, en la provincia de Buenos Aires, Nevil Jorge Richini, compró 10 mil hectáreas del lote 21 a Luis Esteban Frigerio, una persona que las había adquirido en 1968 a Eduardo Bullrich y otros, según figuran en la documentación de la Dirección de Catastro de la provincia.

El comprador sabía que en las tierras vivían tres familias, los Del Río, Badal y Pinedo. Pero al principio no los molestó. 

Con el avance de la frontera agropecuaria y la década del '90, la situación empezó a cambiar y la calma en la que vivían Pinedo -el único hermano que quedo en el puesto y sus vecinos se rompió.

En el año 1996 el gobierno provincial le construyó una vivienda social en el puesto, a través del programa PROAS, un antecedente que le reconocía la propiedad. Y en 2002 Pinedo se inscribió como poseedor del puesto en Catastro.

Sin embargo, poco después se inician las maniobras para intentar despojarlos de la propiedad de la tierra a la fuerza y en forma violenta.  El 15 de junio de 2004 el puestero recibió una intimación judicial para desalojar el puesto, de parte del empresario que se presentaba como propietario de la tierra. 

Scovenna, que había asumido en diciembre de 2003 una banca de diputado de la provincia, por la Coalición Cívica, y que se había preocupado por la problemática de los despojos en el oeste, tomó contacto con él. El año anterior había conseguido que la legislatura aprobara una ley que suspendía los desalojos en el oeste.

En enero de 2005 el médico les ofreció a las familias de los tres puestos una suma de dinero para que renunciaran a sus derechos y con la promesa de dejarlos seguir viviendo en el campo como encargados o algo así. Los Del Río aceptaron. En aquella primera instancia, Pinedo es el único que se opone a renunciar a sus derechos y no acepta el acuerdo. 

Es entonces cuando el empresario pasa de la amenaza a los hechos.  El 20 de noviembre Scovenna decide instalar temporariamente su banca de diputado en el puesto de Pinedo, que estaba siendo amedrentado por las topadoras que pretendían alambrar y encerrarlo en 30 hectáreas, trasladando en forma simbólica la inmunidad de su despacho hasta ese lugar, por quince días. En ese momento se aprueba la prórroga de la ley que suspende los desalojos.

El legislador utilizó una habitación del rancho ubicado en el puesto de Silvestre Pinedo, perteneciente a uno de los habitantes amenazados, para instalar un mástil con la bandera argentina, el diploma de diputado y toda su documentación personal. El 27 de noviembre hubo una manifestación de apoyo a Pinedo. Alrededor de 60 personas fueron al lugar, concejales de Victorica, universitarios, el cineasta Oskar Aizpolea.

Pero el 3 de diciembre los acontecimientos pasaron a mayores y casi se produce un episodio violento. La policía tuvo que evitar un enfrentamiento. El empresario mandó a un grupo de trabajadores de San Luis a cercar el campo y a dejar arrinconado al puestero.

Pinedo contó que Scovenna y un amigo le aconsejaron que llamara a la policía. En aquella época no había buena señal en el campo y con un celular viejo tuvo que buscar señal, frente a su vivienda, y parado sobre una camioneta, para poder hacer una llamada telefónica a la policía. Como el viento se llevaba sus voces y los gritos, dice, el médico, que estaba en el lugar, se fue y dejó solamente a los miembros de la cuadrilla. 

Un grupo de policías arribó al campo antes del mediodía y le comunicaron al puestero que el médico se había presentado en la comisaría de Santa Isabel. Además, también llegó Scovenna, que había viajado de urgencia desde la capital pampeana, y algunas personas más que se habían movilizado desde Santa Rosa y otras localidades para brindarle apoyo.

Finalmente, el comisario de Santa Isabel logró convencer al médico de no alambrar hasta que no haya sentencia judicial. Había un campamento con 80 postes, cada 20 metros. Los alambradores finalmente acataron la orden de la policía.

Los alambradores dividieron la mitad del lote y dejaron de un lado a Pinedo y a su vecina Badal, dentro de 5 mil hectáreas. En 2007, en enero, el entonces ministro de Seguridad, Rodolfo "Pildoro" Gazia, se sacó una foto con Pinedo en el puesto y le entregó el plano de la mensura de las 2.500 hectáreas. 

Ahora, después de 15 años, la historia finalmente se encamina a un final feliz.

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