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Italia, otra vez ante el dilema de a quién salvar o dejar morir

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El país vuelve a la dramática situación de marzo. El premier Conte pidió a los italianos pasar una Navidad “sobria” para evitar una tercera oleada.

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EL DIARIO digital

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Aunque faltan 40 dias, los italianos se aferran al sueño de una Navidad lo más normal posible, pero la realidad demuestra que la pandemia puede entrar en una terrible tercera oleada si no se mantienen las riendas firmes de los controles para impedir los contagios. Este lunes se registraron 630 fallecidos, que elevaron el total a 50.453 muertos con 22930 contagiados.

Italia fue durante meses el pais más castigado de Europa y ahora está en segundo lugar después de Gran Bretaña. Es enorme la presión para oxigenar el ánimo nacional con medidas que hagan menos duro “il Natale” que se aproxima, que es la festividad más querida de los italianos.

El primer ministro Giuseppe Conte dijo que de continuar los controles rigurosos y que las medidas de apertura en las fiestas de fin de año, deben ser concretadas en función del movimiento de la curva de la epidemia en las próximas dos semanas, que según algunos científicos da señales de haber llegado al pico y entrado en una meseta.

Conte explicó que no hay que hacerse ilusiones y que un error podría hacer estallar en el invernal enero una tercera oleada de consecuencias peores, porque coincidir con el pico de la anual epidemia de gripe.

El vicedirector e la Organización Mundial de la Salud (OMS), Radaro Guerra, explico que “los numeros nos dicen que hay una desaceleración de las curvas, pero no una disminución de los casos de contagio. “Puede ser que en algunos países aumenten con menos velocidad, pero este dato no es suficiente para tranquilizarnos”. Guerra dijo que “la Navidad debe ser sobria y tranquila”, sin festejos ni excesos de ningún tipo”.

El vienes 4 de diciembre el gobierno italiano anunciará reducciones de las restricciones destinadas a evitar un golpe de gracias a los comerciantes y al sector de la restauración, que dependen mucho de las facturaciones de fin de año. El primer ministro Conte dijo que pese a todos los problemas el gobierno sigue empeñado en lograr “que la economía crezca”. La facturación normal de regalos “bajo el árbol” en Italia supera normalmente los cinco mil millones de euros.

Las medidas gubernamentales alargarán los horarios de los negocios y podrían llevar a las 23 o la medianoche el comienzo del toque de queda nacional durante las fiestas, pero se estudia desplegar fuertes contingentes policías con la colaboración del ejército para impedir en las calles y plazas de las compras y festejos navideños que haya amontonamientos fatales de gentes que causarán una nueva explosión de los contagios.

No debe ocurrir nuevamente lo que pasó en el verano, cuando la disminución neta de la epidemia gracias a una cuarentena rígida de 72 días, desató en junio, julio y agosto el desmadre en los lugares de la movida, con regiones, como Cerdeña, que decidieron reabrir las salas de baile y otros lugares nocturnos, permitir lo presencia masiva de veraneantes en las playas, con bailes y otros excesos.

El resultado fue que en setiembre la curva de la epidemia comenzó a subir peligrosamente, adelantando la segunda oleada de la epidemia, anunciada para el otoño invierno. En un solo mes estalló el infierno actual. Los contagiados fueron 978 a fines de setiembre y más de 30 mil por día a fines de octubre. Llegaron incluso a mas de 40 mil.

El gobierno ha decidido que la vacaciones escolares de fin de este mes se prolonguen durante todo diciembre y concluyan solo después de la fiesta de reyes, el 6 de enero. La medida ha sido recibida con muchas protestas del mundo de las escuelas, pero es una contribución para que disminuya el movimiento millonario de estudiantes,, docentes y las familias durante el fin de año.

La virulencia de la nueva oleada del coronavirus se mide también por cifras como esta: en un mes se han producido 27 mil contagios de médicos y enfermeras en los hospitales. Novecientos murieron.

La presión sobre la primera línea de la batalla contra el virus, a cargo del sistema hospitalario, es terrible. Cincuenta médicos de urgencia y reanimadores de los hospitales San Carlo y San Paolo de Milán, en el centro de la batalla contra el corona virus, que causa más de 8000 contagios diarios en la región Lombardía, firmaron una declaración de protesta porque la saturación de las camas y, en particular, en el área de las terapias intensivas, “nos obligan a decisiones qu no son tolerables ni ética ni clínicamente”.

Se vuelve a los dilemas de la primera oleada en marzo y abril, cuando los médicos reanimadores en terapia intensiva debían decidir a qué enfermos los ponían en las curas intensivas y cuáles quedaban afuera, más cercanos a la muerte. Una directiva les informó a los médicos de estos hospitales que deben elegir “a los enfermos en mejores condiciones de sobrevivir”.

Sigue sin ser claro en que se avanzó durante estos meses en la oferta de camas en los sistemas especiales para asegurar la supervivencia de los enfermos, sobre todo los entubados con oxígeno debido a la doble pulmonía feroz que causa en muchos el virus. Hasta el domingo los internados en curas intensivas sumaban 3.800, ya cerca de los 4,068 que fue el record de la primera oleada, el 3 de abril. Hay regiones que cuentan con reservas de lechos especiales libres, pero otras no.

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