La Pampa

Turismo ambiental, por Florencia Srur

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Con la liberación de las restricciones, mucha gente pensará en viajar. En la columna de hoy, vamos a ver algunos tips para tener unas vacaciones ambientalmente amigables.

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EL DIARIO digital

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A la hora de viajar dentro de la provincia, por el país o fuera de éste, quizás visitemos reservas naturales, parques (provinciales y/o nacionales) o por algún que otro sendero. Nos conectaremos con la naturaleza para recobrar energías. En estos casos debemos poner algunas cuestiones en claro para que nuestro paseo sea lo mejor posible, y aquí te voy a resumir algunos puntos a tener en cuenta.

La primera es que estos espacios de conservación de ecosistemas son, no solo una parte de nuestro enorme hogar que llamamos Tierra sino también la casa de los animales y las plantas. Es su residencia, y nosotros/as estamos de visita. Siempre pensemos que no nos gustaría que nos visitaran a los gritos ni tirando basura, por eso, no lo repliquemos en estos espacios. ¿A quién le gustaría una visita así?

Es fundamental, como suele estar señalizado en los parques de conservación natural, que la basura generada en nuestro paseo vuelva con nosotros/as ante la falta de cestos de residuos. Si hemos llevado alimentos para almorzar o merendar en algún destino turístico, debemos llevar una bolsita para poner los restos y los envoltorios; lo mismo con: las colillas de cigarrillos, los pañuelos, los papeles, etc. Pese a que los sistemas naturales tienen la capacidad de depurar y compostar ciertos residuos, existe un tipo de contaminación que se llama "contaminación visual". No es agradable ir caminando y ver restos de alimentos tirados. Además la degradación de las botellas de plástico, las colillas de cigarrillos y las bolsas plásticas llevan: 1000, 20 y 200 años respectivamente. Por lo que no solo estaríamos ensuciando la casa de las especies de flora y fauna, sino que también les podríamos arruinar el paseo a otras personas.

Parte del atractivo de recorrer senderos naturales consiste en la posibilidad de ver especies animales nativas en libertad, tales como: aves, mamíferos y reptiles. Ellos nos tienen mucho miedo porque nuestros gritos los asustan y en consecuencia se alejan de nuestra vista. Por esta razón, y también por respeto a las demás personas que transiten los caminos junto a nosotros/as, es que debemos hablar bajito o estar en silencio. De paso, podríamos escuchar el sonido tan preciado de la naturaleza. Si te gusta el avistamiento de las aves, más de la mitad no serán observables pero sí audibles. Así que prestar atención al entorno es fundamental para llevarse postales asombrosas. También, ir en silencio o hablando bajo nos permite observar más atentamente nuestro alrededor: las plantas, las rocas, los ríos, las lagunas y los paisajes. Nos podemos preguntar: por qué cuando nos tenemos que concentrar en alguna tarea bajamos el volumen de la radio, la televisión o la música.

Por último, no debemos llevarnos ningún "recuerdo" del lugar que visitemos porque es parte del "amueblado de la naturaleza" y del funcionamiento de los ecosistemas. Hasta la mínima roca tiene su función ecosistémica o motivo de ser en ese ambiente. Hasta hace un tiempo, a modo de anécdota personal, yo me llevaba caracoles de las playas. Me gustan mucho sus colores y formas. Hasta que un día, una amiga me dijo "no te los lleves porque algún día tienen que ser arena para que los niños hagan castillos de arena y jueguen". Y tenía razón, nunca más me llevé nada de ningún lugar que visité.

En conclusión, si vamos a viajar, tenemos que recordar que somos los invitados/as y como tales, debemos desenvolvernos como nos gustaría que actúen en nuestros hogares. También, lo que nosotros/as disfrutemos, tiene que ser disfrutable por otras personas en la actualidad y en las generaciones futuras. Si viajan, espero que sea una experiencia hermosa y sustentable.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente, M.P.n° 365. Email: [email protected]

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