Ambiental

¿Agroquímicos o agrotóxicos?

En la columna Ambiental de hoy vamos a abordar la problemática de los agroquímicos industriales.

Escribe: ing. Florencia Srur*

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EL DIARIO digital

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Un agroquímico es un concentrado de productos químicos que se utilizan en la industria agrícola. Existen muchas variedades dependiendo de su uso como por ejemplo: los fertilizantes insecticidas, los fungicidas, entre otros. Si bien se pueden producir compuestos orgánicos naturales, como purín de ortiga, mezclas con ajo, canela, aceites naturales u otros; cuando se habla de agroquímicos en general se hace referencia a aquellos diseñados de manera industrial y artificial en laboratorios. Entre los agroquímicos más conocidos se encuentra el glifosato.

Este es un herbicida de amplio espectro que se usa para la eliminación de hierbas y/o arbustos que puedan llegar a competir con los cultivos por recursos comunes (como nutrientes, agua y espacio).

Su aplicación es directa y es absorbido por las hojas y no por las raíces. Los métodos más comunes de aplicación son manuales (una persona que pulveriza con una mochila el producto sobre las plantas), terrestres con maquinaria o aérea (mediante el uso de aviones fumigadores que liberan el producto en el aire).

Para la aplicación manual es necesario que la persona encargada de dispersar el producto cuente con un traje especial que cubre todo su cuerpo de pies a cabeza. Entonces es difícil no preguntarse, si esa persona requiere tanta protección para aplicarlo, ¿qué pasa si un avión dispersa el producto químico en una zona habitada? Y todas las personas que trabajan en los campos y utilizan estos químicos, ¿tienen acceso a esa protección?

Cabe destacar que la Argentina tiene un amplio historial de conflictos por la fumigación aérea de agroquímicos en espacios rurales cercanos a poblados. Un caso resonante se ha dado en la provincia de Chaco, donde 700 personas reclaman para modificar la legislación provincial sobre el uso de agroquímicos y piden ayuda para el tratamiento de sus enfermedades.

O el caso de Baradero (provincia de Buenos Aires), donde en abril de este año, la ONG Médicos de Pueblos Fumigados realizaron estudios en función de muestras de orina de estudiantes y docentes de una escuela rural; los resultados obtenidos manifiestan que el 40% de las personas (muchos de ellos menores de edad) presentaban glifosato en orina.

También podemos mencionar los estudios realizados en la provincia de Misiones por el cultivo de tabaco porque es una planta muy sensible a plagas, por lo cual "requiere" de grandes cantidades de agroquímicos.

En Argentina se determinó que, en el año 2015, unas 13.400.000 (trece millones cuatrocientas mil) personas se encontraban afectadas de manera directa o indirecta por las fumigaciones con glifosato. Esto quiere decir que casi 1/3 de la población del país ve perjudicada su salud debido a un solo tipo de agroquímico.

¿Y en La Pampa? Pese a que no hay mucha información estadística disponible de la cantidad de personas afectadas por el uso de estos compuestos en la provincia, podemos destacar que en el año 2020 se aprobó la Ley Provincial nº 3288 "Ley de Gestión Integral de Plaguicidas en el territorio de la provincia de La Pampa".

Esta ley fue altamente cuestionada, revisada y conflictiva a la hora de su tratamiento y tiene por principal objetivo cuidar el ambiente, la salud humana, animal y vegetal y no perjudicar al agro en el intento de cuidarnos.

Entre sus artículos más conflictivos se encuentran aquellos que restringen la aplicación terrestre a menos de 500 metros y a 3000 metros de manera aérea. Pero, ¿es esto suficiente? En el año 2020 ha publicado la revista Geoderma un artículo de la UNLPam y el INTA referido a cómo el glifosato reacciona con las partículas de suelo al ser aplicado.

Entre sus conclusiones resaltan que este compuesto se queda adherido a partículas de suelo PM 10 (tamaño respirable y volátil) por lo que pese a que su aplicación sea a más de 500 metros puede llegar a nuestros hogares o lo podemos estar respirando por el transporte del suelo.

Es verdad que somos 8000 millones de personas y debemos comer, pero tenemos que pensar a costa de qué estamos alimentando al mundo.

* Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPnº365. Email: [email protected]

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