Salud

¿Qué es el Estrés Postraumático? Síntomas y cómo superarlo

Tenemos asociado el estrés postraumático a episodios relacionados con la guerra. Sin embargo, este puede desarrollarse a partir de otras situaciones donde la persona se siente amenazada. Veamos en qué consiste exactamente este trastorno de salud mental.

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EL DIARIO digital

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Quizás a través del cine hayas presenciado algún episodio de estrés postraumático sin ser consciente que el protagonista padecía este tipo de trastorno. Esto sucede mucho en las películas que tienen como trasfondo la guerra. Cuando el/la soldado vuelve a casa después de haber vivido alguna situación extrema (tiroteos, emboscadas, pérdida de algún amigo…) al volver a su vida habitual, y debido a ciertos estímulos que actúan como detonantes, por ejemplo, al escuchar algún ruido fuerte; el personaje revive de alguna forma ese mismo episodio terrorífico y entra en un estado de shock o de ansiedad extrema.

Sin embargo, el estrés postraumático va más allá de estos episodios y su reviviscencia. Además de incluir otros síntomas, también puede afectar de manera significativa a las relaciones de las personas que sufren esta condición y al desarrollo normal de su vida cotidiana.

Este trastorno no solo se da en veteranos de guerra; cualquier persona que haya hecho frente a un evento puntual o una situación prolongada en el tiempo que haya interpretado como traumáticos puede desarrollar esta psicopatología. Según los datos oficiales, una de cada diez personas desarrolla este tipo de trastorno a lo largo de su vida, que también afecta a los más pequeños. En este artículo veremos qué es el estrés postraumático, sus síntomas, causas y tratamiento.

Definición del Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

En su explicación más corta y precisa se define al trastorno de estrés postraumático como la psicopatología que se desarrolla a partir de la exposición a una situación o episodio traumático. Si alargamos estas primeras líneas, podemos precisar el tipo de experiencia y la exposición a esta. En el caso de la exposición, la persona que sufre de trastorno de estrés postraumático (TEPT), no tiene por qué ser la protagonista de la situación traumática, en la mayoría de casos basta con presenciar el episodio violento o aterrador para desarrollar la enfermedad.

Tampoco el factor tiempo es determinante en la enfermedad, es decir, una persona que vive un solo evento traumático puede desarrollar TEPT, no hace falta que la situación sea prolongada en el tiempo. Aunque la exposición continua a una serie de episodios menos intentos es susceptible de desencadenar el trastorno. En cuanto a la experiencia, esta puede tener diversos orígenes, que luego detallaremos. Siendo importante recalcar que es determinante la interpretación que hace el sujeto de lo que vive; una misma situación puede desencadenar el trastorno en algunas personas y no en otras.

Se desconoce exactamente porque el TEPT se desarrolla en algunas personas y no en otras a partir de una misma situación traumática o difícil, pero algunos especialistas apuntan a que tendría que ver con el grado distinto de capacidad de resiliencia entre las personas.

Causas y origen del TEPT

En el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) se recogen como situaciones desencadenantes del TEPT: "la Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza". Dentro de los episodios que pueden suponer un riesgo para la vida y/o la integridad física de las personas, se recogen habitualmente como desencadenantes conocidos y frecuentes de TEPT; la guerra, los desastres naturales, los accidentes de coche y las agresiones sexuales. Sin embargo, existen otro tipo de situaciones que son menos conocidas y son también susceptibles de provocar este tipo de trastorno. Estas suceden en el transcurso de la vida cotidiana, por ejemplo, en el lugar de trabajo o de estudios.

Dentro de estos desencadenantes se encuentra el bullying, ya sea de índole laboral o este se produzca dentro de una institución educativa. El bullying es una situación de acoso permanente donde la víctima sufre agresiones continuadas y se establece una relación de poder entre el agresor o agresores y la persona agredida. Está se siente desprotegida y desamparada, llegando a pensar que el mundo es un lugar hostil donde no existe un lugar seguro en el que poder estar tranquilo.

Respecto a las situaciones traumáticas, algunos especialistas del campo de la salud mental señalan que los episodios o situaciones capaces de producir los traumas más difíciles de superar no son las que se producen de manera fortuita, como los accidentes automovilísticos o los desastres naturales. Los peores traumas son los que implican a otros seres humanos, ya que estos afectan, como en el caso del bullying, a la manera que tiene la persona de interpretar el mundo como un lugar hostil donde la lucha es diaria, "El hombre es un lobo para el hombre".

En el área laboral existen profesiones donde el riesgo de padecer TEPT es más alto, dentro de la descripción que se hace en el DSM-5 se recogen dos situaciones particulares donde "la exposición repetida o extrema a detalles repulsivos es más frecuente"; los policías que trabajan en casos de violencia y maltrato infantil y los socorristas que recogen cuerpos ahogados en el mar.

Siguiendo esta descripción de exposición en el trabajo podríamos añadir como profesión de riesgo de TEPT a las personas que se dedican a borrar el contenido violento y sexual que se sube diariamente a la red para empresas como Google o Youtube. Se estima que se suben a la red cerca de 15.000 imágenes diarias de material con alto contenido violento (que una persona normal no podría ni mirar durante más de medio segundo).

Como vemos, existen una multitud de experiencias que pueden llevar a sufrir TEPT, pero ninguna experiencia es en sí misma definitoria de la enfermedad. Los sucesos son susceptibles de cambiar vidas dependiendo de cada persona y situación. A veces estos no son necesariamente peligrosos. Por ejemplo, la muerte repentina e inesperada de un ser querido también puede provocar TEPT en algunas personas.

Tipos de estrés postraumático

Es normal que tras vivir una situación difícil o traumática, exista al principio una dificultad temporal para poder afrontar lo que nos acaba de pasar y suframos distintas alteraciones del estado de ánimo, por ejemplo, el duelo es un mecanismo natural para afrontar la muerte. Normalmente pasado un tiempo y si nos hemos cuidado de una forma correcta, podemos volver a un estado de ánimo normal y volver a disfrutar de nuestra vida cotidiana.

Pero, si los síntomas empeoran, se puede desarrollar un tipo de estrés postraumático. Existen diferentes tipos de estrés postraumático que se diferencian por la duración de los síntomas y por la aparición de estos en relación al evento desencadenante:

TEPT Agudo: los síntomas se manifiestan por menos de 12 semanas.

TEPT Crónico: los síntomas se manifiestan durante 12 semanas o más.

TEPT de inicio tardío: los síntomas se manifiestan 6 meses después o más tarde del suceso que origina el trauma.

Síntomas del estrés postraumático

En algunos casos de TEPT, las personas afectadas recuerdan de manera precisa una y otra vez los sucesos traumáticos, este fenómeno conocido como reviviscencia, se acompaña de muchos síntomas entre los que destacan una ansiedad extrema, también se incluyen sensación de miedo, angustia y nerviosismo en esos momentos dónde se recuerda lo que sucedió. Evidentemente, el problema y la sintomatología no acaban ahí, todo este cuadro hace que la persona se encuentre en un estado de agotamiento emocional extremo que se acompaña de la alteración del estado cognitivo.

Los síntomas del trastorno de estrés postraumático generalmente se dividen en cuatro grandes categorías en las descripciones que hacen los diferentes manuales y especialista: recuerdos intrusivos, evitación, cambios en el pensamiento y el estado de ánimo, y cambios en las respuestas físicas y emocionales. Como en la mayoría de trastornos, los síntomas pueden variar con el tiempo y de persona a persona, tanto en intensidad como en duración. Además, algunos estados como el estrés o la exposición a ciertas situaciones relacionadas de alguna forma con el suceso pueden agravar los síntomas.

El TEPT es una enfermedad que además está detrás de otros trastornos y condiciones que afectan a la salud mental que no están directamente relacionados con el suceso traumático. En la mayoría de casos el trastorno se presenta junto a cuadros depresivos y ansiosos. Pero también se pueden dar conductas agresivas y violentas, también síntomas depresivos, como la anhedonia (imposibilidad de sentir placer o disfrutar de las cosas) y la sensación de desconexión de sí mismo o del mundo y los demás, y en casos más graves la despersonalización.

Normalmente, los síntomas del trastorno de estrés postraumático hacen su aparición un mes después del evento traumático, pero en algunos casos el suceso puede quedar olvidado, inscrito en el subconsciente, y no manifestarse en forma de trastorno hasta años después. Los síntomas que hemos descrito pueden causar problemas considerables en los entornos y relaciones sociales o laborales del sujeto que padece TEPT. También pueden interferir en el desarrollo de una vida normal, por eso es muy importante tratarlo de manera adecuada.

¿Cómo superar el estrés postraumático?

Como en otro tipo de trastornos, se utiliza como herramienta principal para el tratamiento del TEPT; la psicoterapia que puede incluir terapia de conversación y terapia de exposición acompañada de medicamentos. El objetivo es que las personas afectadas sean capaces de recuperar la sensación de control sobre lo que les ocurre y llevar una vida normal.

En el caso del TEPT hay técnicas concretas que también se han utilizado para su tratamiento, como la ya conocida Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento de los Ojos (o EMDR, por Eye Movement Desensitization and Reprocessing).

Durante la terapia EMDR se expone al paciente al material emocionalmente perturbador en breves dosis secuenciales, mientras se concentra en otro estímulo, normalmente los movimientos oculares laterales, que son dirigidos por el psicoterapeuta. La idea es realizar a través de la exposición un nuevo procesamiento del trauma y darle una nueva interpretación o resolución que permita de alguna manera superarlo, en el sentido que las personas puedan convivir con él sin que les genere altas dosis de estrés.

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