Salud

Cáncer de mama: ¿qué relación hay con las prótesis mamarias?

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La ubicación de las prótesis mamarias puede producir cierta incertidumbre entre las mujeres a la hora de detectar posibles tumores en la zona. Es importante saber que, en general, no impiden el diagnóstico y que, salvo excepciones, hay que seguir las mismas precauciones que las mujeres que no llevan prótesis.

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EL DIARIO digital

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Muchas mujeres, por estética o por salud, deciden ponerse prótesis mamarias. De hecho, la cirugía de aumento mamario es la más frecuente de las cirugías estéticas realizada en el mundo. Se trata de una intervención muy segura, pero que puede tener sus riesgos, como toda intervención.

La complicación más común se deriva del propio acto quirúrgico y es la denominada contractura capsular, un problema que se produce al contraerse la cicatriz interna que se forma alrededor del implante. Además, están aquellas que se derivan de problemas con la prótesis como que sean defectuosas, que se rompan o que produzcan una mayor sensibilidad en el pezón.

Sin embargo, cada vez son más habituales las voces que hablan de una posible relación directa entre el cáncer de mama y las prótesis mamarias. ¿Qué hay de verdad en esto? Según expertos, “actualmente, no existe ninguna evidencia que permita relacionar un incremento de la incidencia de cáncer de mama con el uso de las prótesis. De hecho, el riesgo de padecerlo es estadísticamente similar al de una persona sin prótesis”.

Hasta la fecha “no se ha descrito ninguna asociación entre las pacientes portadoras de prótesis mamarias y un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama”, tranquiliza ángel Juárez, miembro de la Secpre y cirujano al frente del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitario La Zarzuela de Madrid. Por otro lado, según señala el experto, “los factores de riesgo que sí se han relacionado con frecuencia con la aparición de este tipo de cáncer son el tabaquismo, la alimentación, las alteraciones hormonales o la predisposición familiar”.

Entonces, ¿por qué se puede pensar en la relación cáncer de mama y prótesis mamaria? Como informa el experto, “en los últimos años se ha descrito una enfermedad proliferativa, un tipo de tumor que nada tiene que ver con el cáncer de mama y que parece estar estrechamente relacionado con un tipo concreto de prótesis mamarias que hace ya varios años que se retiró del mercado”. Se trata del linfoma anaplásico de células grandes (LACG).

Este tipo de tumor, “asociado a implantes mamarios es un tipo raro de linfoma no Hodgkin que afecta a gran variedad de tejidos, incluyendo la mama en aquellas mujeres portadoras de implantes mamarios”, informa Antonio Tejerina, especialista en cirugía plástica, estética y reparadora de la Unidad de la Mama del Hospital Vithas Madrid Aravaca-Fundación Tejerina.

Actualmente este tipo de tumores “está englobado dentro de una categoría de trastornos linfoproliferativos con un amplio espectro de comportamientos clínicos”. De hecho, “se postula que el LACG asociado a implantes mamarios se desarrolla a partir de los linfocitos que participan en la formación de la cápsula fibrosa que se forma alrededor del implante mamario, como consecuencia de la reacción del organismo a un cuerpo extraño debido a la textura o rugosidad de los implantes”.

El problema es que “debido a la escasa información disponible para la población general se ha generalizado a todos los implantes y eso no es real”, aclara el experto.

Diagnóstico y detección

Otra posible respuesta a la posible relación entre prótesis y cáncer puede estar en el diagnóstico. Aunque, tal y como indican desde la Aemps “en general, con las prótesis no se dificulta la palpación para la detección de tumores y éstas permiten apreciar variaciones de textura y consistencia, ya que la glándula mamaria queda situada superficial a la prótesis”, la realidad es que “los implantes mamarios pueden, en determinados casos, dificultar el diagnóstico de cáncer de mama, ya que las prótesis mamarias son radioopacas e impiden la compresión uniforme del tejido mamario, por lo que, en estas mujeres, se estima que hasta un 25 % del tejido puede no ser visible, lo que puede ocasionar una interferencia o un retraso en el diagnóstico del ca?ncer de mama”, indica Tejerina.

Por este motivo, “las mujeres portadoras de implantes, cuando se realicen una mamografía, deben avisar a los especialistas de que tienen prótesis para que puedan efectuarla correctamente, realizando lo se denomina maniobra de Eklund, que asegura poder visualizar todo el tejido mamario. Es necesario, por tanto, hacerla en un centro con personal cualificado para ello”, aconseja el oncólogo.

A las mujeres que sienten miedo y que se plantean retirar los implantes para reducir el riesgo Tejerina tranquiliza diciendo que “hasta la fecha ningún organismo sanitario ha indicado que las mujeres portadoras de implantes rugosos deban cambiarlos o quitarlos, ya que el riesgo de desarrollar LACG se considera muy bajo”, e insiste en que “las mujeres portadoras de implantes deben realizar los controles de sus mamas con mamografía y ecografía, y estar atentas si se produce algún cambio en sus mamas. En algunas ocasiones puede ser necesario realizar también una resonancia magnética, ya que es la prueba por excelencia para valorar el estado de los implantes mamarios”.

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El experto también insiste en que “existe un falso temor a pensar que no es posible renunciar a los implantes. Las mujeres deben saber que pueden decidir quitarse los implantes, siendo factible recuperar una forma natural, a pesar de tener menos volumen si se realiza una cuidadosa planificación del procedimiento.

La detección a la palpación es igual

Dado que el riesgo de desarrollar cáncer de mama es el mismo que en la población general, las recomendaciones son las mismas que en el resto de la población general. Las mujeres con prótesis “deberán someterse a las pruebas de cribado habituales según la edad”, indica Juárez. Otra cosa es el seguimiento del estado de las prótesis, “para lo que sí es recomendable realizarse una ecografía bianual” recuerda el experto.

En cuanto a las medidas de prevención, serán las mismas que sin prótesis mamarias. Y esto es así porque “las prótesis mamarias se colocan detrás de la mama (por debajo de la glándula o del músculo pectoral) lo que no dificulta la autoexploración”, explica Salomón Menjòn, ginecólogo especialista en cáncer de mama y responsable de la Unidad de mama de Vithas Granada.

Así, “una mujer portadora de prótesis mamarias debe seguir las mismas pautas de detección precoz que una mujer sin prótesis”, ya que gracias a esta medida de prevención, si el cáncer de mama se detecta a tiempo, “hay un 90% de posibilidad de cura”, recuerda Tejerina.

Por eso es clave acudir al especialista siempre que aparezca alguno de estos siete signos:

Además de este consejo, Menjón recomienda hacer revisiones de la prótesis cada año. Como cualquier producto, “las prótesis pueden experimentar algún grado de deterioro a lo largo del tiempo y aunque es bastante improbable, en ocasiones pueden aparecer con el tiempo pequeños defectos de fabricación que hubiesen pasado inadvertidos en el control de calidad”.

Por tanto, el ginecólogo recomienda “una revisión anual de la mama que incluya la inspección, palpación y una ecografía, y la mamografía cuando proceda. De esta forma se estará haciendo diagnóstico precoz del cáncer de mama, al tiempo que se comprueba el estado de las prótesis”. Hay que recordar que “la mayoría de las prótesis tienen garantía frente a esta rara eventualidad”.

En caso de detectar un cáncer de mama con una prótesis mamaria “la paciente deberá hacerse una resonancia magnética, una prueba que permite un diagnóstico más certero del tumor y de posibles lesiones acompañantes, así como comprobar el estado de la prótesis y la relación de proximidad del tumor para una adecuada planificación de la intervención”, explica Menjón.

Tras este proceso, el experto recuerda que “las exploraciones complementarias y procedimientos diagnósticos y quirúrgicos son los mismos que en la paciente sin prótesis y que no existen diferencias al respecto”, salvo en el caso de que la prótesis “estuviese deteriorada”. Aquí “podría hacerse la sustitución de la prótesis al tiempo que se interviene el tumor, aunque, en general, es preferible no mezclar intervenciones”, recomienda el ginecólogo experto en cáncer de mama.

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