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Boleta única: debate forzado y alejado de la realidad

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La oposición, también con participación pampeana, impulsó como si fuera de vida o muerte una discusión desfasada sobre un aspecto del sistema electoral.

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EL DIARIO digital

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A partir de una ofensiva especialmente impulsada por sectores de la oposición política, donde referencias de La Pampa también se hicieron visibles, el Congreso Nacional tuvo que dedicarle energías y varias semanas de su tiempo a un debate que parece desfasado, pero que ahí está: la posibilidad de que ya en las próximas elecciones se imponga un sistema de boleta única de papel.

Aunque no deben desecharse ni menospreciarse los intentos de hacer de los comicios un acto cada vez más transparente y genuino, la propuesta parece nacida de un interés que más bien apunta a cuestionar al oficialismo, o distraerlo de los verdaderos problemas que la sociedad y por lo tanto la dirigencia política tienen frente a sí.

Dirigentes provinciales entraron incluso en ese juego, planteando ahora un asunto que pocas veces antes había estado en su radar, y propiciando un cambio en ese sistema de votación como si de veras fuera una cuestión de vida o muerte.

Todo parece indicar que esa propuesta no será aprobada, mucho menos para su aplicación inmediata, lo cual en principio parece lo más lógico y coherente, puesto que no hay nada que ponga en cuestionamiento el modo en que funciona ese apartado del sistema electoral.

Más bien parece, incluso, que la oposición busca en el Congreso una negativa oficialista para después salir a quejarse mediáticamente de que el gobierno rehúye de los cambios y la modernización, o repele cualquier idea que no surja de su propio seno.

Sin embargo, el paso de expertos y conocedores de la situación también dejó advertidos los riesgos que implicarían modificaciones a las apuradas, y que aparentan ser una especie de "cambiar por cambiar", como si el sistema electoral argentino no tuviera suficientes muestras -en la historia, y muy recientes- de que no habilita fácilmente trampas ni manipulaciones.

Como demostración suficiente de ese punto, las últimas elecciones han sido ganadas, sucesivamente, por distintas fuerzas políticas, e incluso con variantes en sus resultados regionales.

El afán de la alianza de derecha por modificar el modo de representación política encierra quizá el sueño de que a partir de legislaciones y normativas la voluntad popular pueda ser de algún modo "educada" para que no "reincida" en la preferencia por espacios que representan sus intereses y en cambio "aprenda" las bondades de los valores "republicanos" o "progresistas".

El gobierno neoliberal anterior hizo intentos de modificar incluso las bases centrales del sufragio, propiciando el sospechoso voto electrónico, lo cual no solo facilitaba un sideral negocio sino que ponía en riesgo herramientas democráticas más fundamentales.

En medio de una crisis que golpea a los sectores menos pudientes, con una inflación desbocada y una puja con los oligopolios que fijan los precios de los alimentos, genera cierta desazón ver al Congreso distraído en un asunto de ninguna urgencia y que no tiene real incidencia en los ánimos populares.

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