Opinion

Reacción ante la indigencia

''

Tarde, pero de manera saludable, la Provincia anunció una millonaria inversión para mejorar la alimentación del sector más vulnerable.

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

El Estado provincial admitió públicamente su sorpresa por el índice de indigencia que marcó la "foto" de fines del año pasado en el conglomerado Santa Rosa-Toay, y que significó una duplicación de la estadística que se había conocido un año antes.

El gobierno no esperaba esos números e independientemente de que también hay alguna mirada cuestionadora sobre el modo en que pudo hacerse la consulta, sale a la luz alguna deficiencia en el monitoreo que los organismos oficiales tienen que hacer de este tipo de problemática, sin dudas la más grave que atraviesa la población.

Los padecimientos de los sectores vulnerables suelen quedar en el centro de la escena y en la ocupación mediática de manera espasmódica, justamente cuando aparecen cifras oficiales que detectan en primer plano lo que en realidad es un proceso muy extendido, que en el camino va generando alertas y demostraciones de lo que ocurre.

En casos tan acuciantes, de lo contrario, la reacción puede ser tardía.

La indigencia es el más grave de los índices que están bajo la lupa en estas horas: así como el desempleo es no tener trabajo y la pobreza significa no acceder a la canasta básica, la indigencia implica una vulnerabilidad mucho mayor, ya que se trata de personas / familias que ni siquiera pueden alimentarse.

Ya descripto en este espacio lo que significa ese nivel de indigencia (entre los peores del país) hay que dar la bienvenida a la saludable reacción del Estado provincial, que definió de manera inmediata -aunque falten algunas precisiones públicas- una inversión destinada puntualmente a las familias que peor la están pasando y que menos recursos tienen.

Vuelve a insistirse en un concepto que a veces vuelve más sorpresivo tamaño crecimiento de un índice como el de indigencia: en una población relativamente manejable, al punto de hacer leyenda aquello de que "en La Pampa somos pocos y nos conocemos mucho", resulta menos comprensible y más doloroso que repentinamente las estadísticas oficiales se "vayan de las manos" para demostrar algo que debió ser detectado previamente.

Al hacer el anuncio de la medida que estará basada en el programa Pilquén (una herramienta que convirtió a La Pampa en pionera del manejo de información sobre el acceso a programas y beneficios sociales), el gobierno también deslizó una referencia muy puntual al rol de los municipios.

Recordó que las comunas tienen una responsabilidad de informar debidamente, pero también son la primera referencia estatal que tiene la obligación de detectar qué personas, familias y sectores necesitan de un auxilio más urgente o más sistemático.

A veces ocurre que así como en localidades pequeñas o alejadas del "centro" miran con detenimiento y actúan relativamente frente al problema, en las ciudades más habitadas, y con más razón en la capital y en Toay -que ya es parte de un mismo centro urbano- existe el hábito de que esos inconvenientes deben ser atendidos por los gobiernos provincial o nacional.

También te puede interesar...