A las puertas de otro hito

La formalización del tan meneado laudo presidencial solicitado por Mendoza para la situación de Portezuelo del Viento pone a La Pampa, como a toda la cuenca en realidad, a las puertas de otro hito institucional vinculado con los padecimientos que nuestra provincia soporta históricamente en materia hídrica.

Aunque todo indica que la provincia cuyana dejó expirar los plazos permitidos para la oficialización de ese trámite, el Ministerio del Interior habilitó un primer paso para su tratamiento, tal como venía solicitando Mendoza, con indisimulables presiones en distintos ámbitos.

La Pampa -tal como lo sostuvo desde un inicio- propicia el rechazo liso y llano de ese laudo, interpretando que está directamente fuera de tiempo y forma, aunque al mismo tiempo ya evalúa la estrategia de solicitar que el presidente le dé la razón a nuestra provincia.

Este nuevo capítulo de una larga historia es a la vez "un ladrillo más en la pared" de las injusticias -para usar una metáfora que remita a Pink Floyd- que La Pampa soporta desde hace largas décadas, tanto en aquello que tiene que ver con el río Atuel como en este caso en que está en riesgo el río Colorado.

En otro escenario político e institucional, Mendoza había logrado a los fines de este emprendimiento puntual los favores del entonces presidente Mauricio Macri, quien se puso la camiseta de aquella provincia en tiempos en que discriminaba a La Pampa desde el gobierno nacional.

Después vino una etapa de más seriedad y aparente racionalidad, en la que se le dio juego incidente al Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO), se atendieron los argumentos de las distintas provincias que lo componen y se puso de relieve la inevitable necesidad de que se realizara un estudio de impacto ambiental actualizado, no parcializado y con respaldo científico.

En ese largo camino Mendoza siguió hablando de negocios millonarios, quedó envuelta en tironeos políticos internos entre fuerzas partidarias y entre regiones geográficas y no supo encontrar un camino para invertir mejor los alrededor de 1.000 millones de dólares que el Estado nacional le tiene prometidos para afrontar obras hídricas y/o energéticas.

A la vez se demostró que Portezuelo del Viento lejos estaría de ser la obra del siglo, salvo por sus costos: hoy en día es un emprendimiento inviable desde lo económico, desde lo ambiental y desde lo político.

Aun con esa certeza a mano, y vistos algunos antecedentes de una gestión nacional que a veces amaga para un lado pero juega para el otro, La Pampa tendrá que mostrarse atenta y diligente a la hora de dar esta pelea puntual en el comité de cuenca y en los ámbitos -incluso no formales- donde pueda extenderse.

Hasta aquí, de modo informal y en forma de gestos y comentarios, el presidente ha dejado medianamente claro que nada podrá avanzar sobre el futuro del río Colorado sin el visto bueno de la totalidad de las provincias que tienen decisión sobre ese recurso hídrico. Pero nunca está de mar prevenirse ante la sospecha de que ciertos intereses políticos y conveniencias vinculadas al tamaño de una provincia o a su cantidad de habitantes terminen metiendo la cola para una decisión a contramano de la justicia.