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"Nos consideran personas de segunda"

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Las vecinas del barrio Almafuerte que se movilizaron piden, entre otras cosas, que se estudie la posibilidad de reubicarlas en otra zona de la ciudad. Ya soportaron 5 inundaciones.

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EL DIARIO digital

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"Gestión, tras gestión, somos ignoradas y consideradas como personas de segunda". Así, sin medias tintas, las mujeres que decidieron hacer visible la problemática del barrio Almafuerte, definieron el lugar en que están paradas. Esa frase incluyeron las vecinas en la nota formal que le acercaron al intendente Luciano di Nápoli para pedirle una audiencia.

Las vecinas llegaron también hasta la Municipalidad para hacer conocer su realidad. El pedido central es la reubicación, si bien hay varios y diversos planteos.

"Nos inundamos, perdimos todo, a los muebles ni se les puede llamar muebles, se desarman todos. Queremos irnos del barrio", dijo por ejemplo Dora Correa, que hace 30 años que reside en esa zona. "La noche que nos inundamos nos llevaron dos colchones y una bolsita de mercadería que da vergüenza", se quejó.

Sandra Correa, otra vecina, planteó: "me gustaría que algún día alguien sepa lo que nosotros pasamos. Tengo cuatro criaturas, es tan triste que tus hijos se asusten porque llueva un poquito... Quiero un lugar digno. Se me mojó todo, a otra persona por ahí no le importa, pero para uno que no tiene mucho es un montón. Saqué cucarachas, arañas, lauchas, el olor a humedad que te queda en la casa no se va ni aunque limpies".

"Me quiero ir, es un lugar donde no se puede vivir, estoy hace 15 años y ya pasé cinco inundaciones. Tengo una bebé de 1 año y medio y ya perdió el derecho de jugar con tierra porque es todo barro podrido", añadió María de los ángeles Alderete.

"Múltiples problemáticas"

La nota formal señala el pedido de "una reunión urgente para exponer las múltiples problemáticas que atravesamos y escuchar las propuestas que tiene su gestión para reparar nuestras demandas ciudadanas".

"Suponemos que muchos de los problemas que padecemos están en su conocimiento, dado que son históricos y se han hecho públicos tras cada inundación. Consideramos que ha llegado el momento de que los Estados nos ofrezcan una respuesta estructural, no solo en lo que tiene que ver con el mejoramiento ambiental de nuestra barriada, sino a cada familia que ha sufrido perjuicios económicos y la pérdida de las viviendas debido a los daños provocados por las reiteradas inundaciones, tres en los últimos 6 años", recuerdan las vecinas y los vecinos.

Agregan que "nuestras demandas son diversas y necesitamos que todas sean escuchadas. Hay familias que exigen la reparación total de las viviendas y otras que ya no pueden soportar las consecuencias y los riesgos de un nuevo temporal. Hay casas que no sirven más y consideramos que lo más justo sería una reubicación en un barrio que sea apto para ser habitado".

"Nuestras hijas y nuestros hijos se han acostumbrado a jugar y a desarrollarse entre las aguas servidas, el olor a podrido, las paredes mojadas y el terror en cada tormenta. No podemos soportar que esto siga sucediendo. Vivimos a unas pocas cuadras de la zona céntrica y, sin embargo, gestión, tras gestión, somos ignoradas y consideradas como personas de segunda", advierten.

"En muchas oportunidades somos acusadas de incumplir con obligaciones impositivas. Nosotras nos preguntamos: ¿en qué momento el Estado municipal estará dispuesto a cumplir con nuestro derecho a una vida digna?", preguntan.

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