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El sector gastronómico, entre la angustia y la desesperación

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Dueños de bares, restaurantes y otros negocios aguardan medidas oficiales de alivio porque el fin de la época estival los condena. "La rentabilidad no existe", resumen a El Diario comerciantes y dirigentes mercantiles.

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EL DIARIO digital

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La situación derivada de un combo que coincide en el tiempo asoma letal para los empresarios gastronómicos locales: el fin del período estival y la segunda ola de coronavirus llegaron casi de la mano y si el estado de cosas ya era complejo para el sector, se abre un panorama cargado de angustias e incertidumbres.

Algunos propietarios de bares o negocios gastronómicos de Santa Rosa decidieron abrir el paraguas, al borde de la desesperación por lo que ven venir: la siempre lógica hipótesis de que aparezcan nuevas restricciones es una preocupación importante, pero aun así menor respecto de lo que significará la imposibilidad de utilizar el aire libre de calles y veredas para ubicar clientes.

"Hoy la rentabilidad no existe", resume sin medias tintas Miguel Felice, dirigente de la Cámara de Comercio y dedicado al rubro gastronómico.

El Diario habló con varios de esos comerciantes de Santa Rosa, algunos de los cuales incluso se animaron a abrir o reconvertir locales en plena pandemia a partir de la necesidad y de que la época veraniega daba una mano.

La totalidad de los consultados sintetizan el momento de modo similar. La situación será más dura para bares y cervecerías que encontraron relativo éxito con las mesas al aire libre, y que potenciaron un fenómeno quizá impensado con la apertura de locales de ese tipo (ejemplo a mano: una parrilla clásica y tradicional de la ciudad, como "Los Pinos", se reconvirtió en cervecería).

Pero con el fin del verano, esos buenos tiempos para esa movida parecen haber llegado a su fin.

Se reduce la clientela

"Si no aparece alguna medida ''''de la galera'''' directamente tenemos que cerrar. Ni siquiera es que no ganaríamos plata, estaríamos perdiendo mucha cada mes", coincidió el responsable de un comercio gastronómico en pleno centro de Santa Rosa, que en estas semanas saluda con alegría que trabaja a mesas llenas, pero ya ve venir un oscuro panorama.

Si los locales gastronómicos funcionaran hoy únicamente en su parte cubierta no tendrían rédito alguno. El fin de la época de verano forzará a los negocios del rubro a reducir su clientela.

Eso se da en un marco en que la mayoría tiene que empezar a afrontar los créditos provinciales que aparecieron en la crisis (ya concluyó el período de gracia), cuando no hay nuevas medidas de alivio que anuncien en Nación o Provincia y en un contexto en el que no se descarta que se defina alguna reducción horaria u otro tipo de limitación.

A la espera de las "alternativas"

El gobierno provincial dijo que no piensa en nuevas restricciones, pero también le agrega a ese anuncio el "por ahora", como describió el secretario de Trabajo y Promoción de Empleo Marcelo Pedehontaá.

El mismo funcionario soltó en un encuentro con sectores gremiales la idea de "analizar alternativas" y destacó la predisposición empresarial al "diálogo", pero de ahí parece haber un largo trecho hasta que alguna medida se haga concreta.

"Si tenemos que abrir únicamente en el interior del local y con reducción de horarios, no es rentable. Siempre en un medio como este tenemos la posibilidad de dialogar, tanto con el gobierno como con el Banco de La Pampa, para darle una mano al sector", dice Felice, en lo que parece casi un ruego de que aparezcan nuevas medidas oficiales de auxilio.

El dirigente recuerda que tampoco tienen vigencia el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que sirvió en su momento para amortiguar al golpe económico que fue la pandemia. Desde ese lugar, el comerciante le pone la palabra "angustia" al momento que se vive y calcula que "esta segunda ola va a ser muchísimo más complicada para la gastronomía".

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