Columna ambiental: ¿En qué se parecen las bananas y el espacio?

Por definición, un recurso natural es todo aquel producto de la naturaleza, material o energético, que sirve para cubrir las necesidades biológicas del ser humano. Entonces, entre los recursos más comunes tenemos: el agua, la flora, la fauna, el suelo y el aire. Pero, ¿qué pasa con otros recursos que también son esenciales para nuestra vida y que estamos mal aprovechando? Vamos a ver algunos recursos que se están agotando, sus porqué, la importancia de estos recursos e impactos de su descaste.

En primer lugar, tenemos el espacio. Sí, aunque parezca algo increíble lo que se denomina el "espacio en órbita" está quedando cada vez más limitado. Esto comprende la franja de la atmósfera terrestre en donde se ubican los satélites artificiales para comunicación, geolocalización (GPS), toma de imágenes satelitales, climáticos, entre otros. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), en la actualidad se encuentran orbitando la Tierra unos 29.000 objetos de tamaños superiores a 10 cm, 670.000 de tamaños superiores a 1 cm y más de 170 millones de tamaños superiores a 1 mm. Estos objetos abarcan desde satélites inactivos hasta escamas de pintura. A esto debemos sumarles los 2465 satélites artificiales orbitando alrededor de la Tierra (en el año 2020). Si bien en general son buenas noticias para nosotros como especie porque nos facilitan comunicarnos, investigar y predecir los eventos climáticos, no hay control de tráfico aéreo para todos estos objetos; incluso todavía no hay un sistema que limpie los elementos inútiles y sobrantes que se acumulan en la órbita cerca de la Tierra. Cuánto más ocupado se encuentra este espacio orbital, más riesgo hay de que los objetos colisionen y causen daños a otros satélites que se encuentran activos. Esto puede ser muy grave para la localización por GPS y para las comunicaciones.

Segundo, el helio. Entre los recursos que se piensan infinitos, pero no lo son para la Tierra, tenemos este gas. El helio es un gas noble que se utiliza, más allá que para inflar los globos que floten o para afinarnos la voz. Su principal uso es en la medicina, en el enfriamiento de los imanes que permiten que funcionen los escáneres de resonancia magnética. La extracción del helio no es sencilla, a tal punto que en el año 1996 se galardonó con el Premio Nobel de Física a tres científicos que investigaron este gas. Algunas estimaciones señalan que solo nos quedan unas décadas restantes de suministro y que prevén su escasez dentro de 30 a 50 años.

Tercero, la arena. Quizás estén pensando, ¿cómo nos quedaríamos sin arena con la cantidad de playas y médanos que hay? Sí, lo sé. Cuesta creerlo, pero lamentablemente estamos usando más cantidad de arena de la que se crea de manera natural. Este material se usa diariamente a gran escala en la construcción, para recuperación de tierras, para filtración de agua y para producir el vidrio. Tenemos que considerar que la arena tarda miles de años en formarse a través de la erosión por acción del viento y del mar. Pero los humanos la estamos usando a un ritmo acelerado. Este es un problema no solo para nosotros y nosotras, ya que la pérdida de arena amenaza los ecosistemas frágiles y delicados, por lo que se ha pensado a nivel global en establecer monitoreos para regular su uso cada vez mayor.

Por último, trataremos el caso de las bananas. Las frutas de esta especie que consumimos en la actualidad son todas de la misma variedad llamada Cavendish y esto hace que las afecte una enfermedad de la fruta que se llama la enfermedad de Panamá, causada por un hongo que ataca las raíces del banano.

En conclusión, la humanidad debe tener en cuenta que todo recurso natural que use debe tener un manejo sustentable porque muy pocos son infinitos en un mundo finito.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPn° 365. Email: [email protected]