La Pampa

La fuerza de lo local y la omnipresencia machista

Temas de la semana que se fue: una aplicación para que las cadeterías y comercios refuercen su producción y laboriosidad sin precarización ni empresas fantasmas; un ataque misógino en General Acha al programa Mujeres en Obra, que se revirtió con más empoderamiento y convicción.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

La implementación de una aplicación que en principio permitirá la fuerte incidencia en su manejo de la cooperativa local de cadetes es un mensaje contundente del municipio en favor de la organización de las economías populares y también un modo de ponerle freno al abuso de las aplicaciones no lugareñas, que lucran con exorbitantes comisiones que les cobran tanto a trabajadores una de cal

y trabajadoras como a comerciantes que se pliegan a su utilización.

Desde ya que poner en marcha este mecanismo requerirá de paciencia y un trabajo mancomunado, tal como se gestaron otras experiencias productivas y sociales en Santa Rosa cuando se trató de frenar la avanzada -en distintos momentos y en diferentes ámbitos- de poderosos oligopolios.

Es un alivio para quienes dan la pelea desde la calle y desde la organización cooperativa que una pata estatal esté dando impulso y respaldo a una lucha que no es nueva ni sencilla, y que desde ya no concluirá por la vigencia de una ordenanza, sino que requiere de otros espaldarazos.

La proliferación de esas aplicaciones para "deliverys", al estilo de PedidosYa -que es la que más se visibilizó en la capital provincial-, es el fruto de la desregulación práctica de esa actividad laboral, en la que a los empresarios casi ni se les conoce la cara pero sin embargo son dueños de la suerte y del futuro de trabajadores explotados, mal pagos, sin reconocimiento de los derechos más básicos y expuestos a los riesgos del tránsito y las contingencias climáticas.

La desesperación por conseguir ingresos en un extendido período de crisis -primero los años del gobierno neoliberal que acentuó inequidades y desigualdades, después la pandemia que paralizó la producción, siempre la inflación que perjudica a los que menos recursos tienen- le tendió la alfombra roja a este tipo de emprendimientos, que facilitan por parte de los poderosos el aprovechamiento de la mano de obra vulnerable y que culturalmente propician un individualismo al estilo "sálvese quien pueda".

La decisión del Gobierno municipal de meterse en el asunto, dando apoyo a las cooperativas populares y generando una aplicación local para tratar de salirse de ese río revuelto donde ganan los pescadores, requerirá de mecanismos que aceiten el funcionamiento, además de la convicción política para sostener la iniciativa frente a los embates que seguramente vendrán.

En la misma semana, el basamento institucional de la propuesta consistió en el lanzamiento de la aplicación "Foodty" -que mejora condiciones de trabajo y propone mejor accesibilidad y más barata a los comercios locales- con la regulación de la actividad de las cadeterías para tratar de ponerles un freno a las megafirmas fantasmas que administran las apps más conocidas en ese rubro.

En ese sentido, la referencia comunal fue contundente: se busca una igualdad de condiciones y se pone de resalto que esas firmas precarizan, cobran comisiones leoninas y ni siquiera dejan algún peso por el pago de tasas o impuestos en nuestra ciudad o nuestra provincia.

…y una de arena…

El ataque misógino que se produjo en General Acha contra el programa Mujeres en Obra disparó sensaciones encontradas, puesto que así como en primer término movilizó broncas, angustias y tristezas, la reacción pública y comunitaria les abrió la puerta a nuevos estímulos y respaldos.

una de arena

El Mujeres en Obra es un programa que permite la inclusión laboral de mujeres que hasta entonces estaban en muy serias dificultades para hacerse de los recursos básicos para la subsistencia, vulneradas no solo en el aspecto económico sino en varios otros y abandonadas también por el Estado que en este caso tendió una mano.

Puntualmente en General Acha, esas mujeres empoderadas comenzaron la tarea como un desafío cargado de lógicos temores, ya que afrontaron de la nada la puesta en práctica de la construcción y la albañilería, un rubro para el que tuvieron que capacitarse y en el que reinan, como en tantos otros lugares de encuentro social, prácticas machistas afianzadas como tradiciones.

Durante la semana que se fue, sobre el revoque recién terminado de una de las obras en esas manos, aparecieron las pintadas misóginas que buscaban desmerecer el trabajo de esas mujeres, denigrando su accionar y tratando de castigar su autoestima.

Pero el efecto de ese daño fue el contrario del que esperaban las personas que protagonizaron el ataque: a poco de trascendida la agresión, las mujeres que forman parte del programa cosecharon una ola de solidaridad que ni ellas mismas esperaban, no solo de organismos públicos y sectores sociales y políticos de distintas banderías, sino sobre todo de vecinos y vecinas que sienten en carne propia las consecuencias positivas del trabajo que hacen esas protagonistas.

La acción que llevan a cabo, con entusiasmo y convicción, ha permitido reformar la barriada achense donde desarrollan la labor: sectores que antes lucían abandonados o descuidados se vuelven funcionales y se embellecen gracias a las tareas de esas mujeres, que sortearon este episodio con la certeza de que los ataques provienen de una minoría y de que solo logran reforzar ideas.

El episodio, así como pone en evidencia que los bolsones de violencia machista lejos están de extinguirse, también exhibe que los que apuestan a la impunidad de esos procederes ya no se pueden manejar con la prepotencia de antaño, ni tienen la seguridad de que una mayoría patriarcal y patotera acudirá en su protección.

Ese cambio cultural es el fruto de una larga y sostenida lucha, primero de minorías y vanguardias, pero ahora extendida a fuerza de razonamientos y argumentación, hasta hacerse realidad en leyes, normativas y programas de un Estado que antes reproducía ese machismo, después miraba para otro lado y poco a poco va entendiendo la necesidad de posicionarse en otra vereda.

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