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"Demonio hubo uno solo"

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El dirigente del Partido Comunista, Sergio Ibaceta, reivindicó en el juicio a los represores la militancia que luchó por una "sociedad más justa" y fue perseguida por el terrorismo de estado.

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EL DIARIO digital

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El dirigente del Partido Comunista local, Sergio Ibaceta, destacó este martes en el juicio de la Subzona 14 el "orgullo" de representar al único partido político que se presentó como querellante para la defensa de los derechos de sus víctimas y de todas las víctimas del Terrorismo de Estado. "No es casual, es coherente y producto de la historia de nuestro partido y del significado cultural y político del PC en nuestro país", señaló.

Ibaceta -actualmente funcionario del municipio santarroseño- hizo un fuerte reconocimiento a la lucha y a la militancia de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos para instalar como política de estado los juicios a los represores. Destacó la continuidad de los juicios en el país y en la provincia en la actualidad. "Son un ejemplo, hubo un verdadero genocidio en nuestro país", dijo.

La persecución de un ideal

El dirigente dijo que el PC fue perseguido desde inicio del siglo pasado por parte del estado en diferentes épocas históricas, incluso con el dictado de leyes y decretos. "El objetivo era aniquilar la organización marxista leninista si no también nuestra visión ideológica de transformación de la sociedad. Esta visión de cómo construir una sociedad mejor es lo que se persiguió", dijo.

Ibaceta insistió que se persiguió "esa visión de un modelo de una sociedad diferente a la que nos expone el capitalismo con el lucro y la explotación como guía. Esta visión diferente, de una sociedad socialista, es la que se persiguió tanto tiempo. Y esa visión fue demonizada por los grupos de poder, los dueños de este mundo y así surgió el fantasma del comunismo".

"Con una gran maquinaria propagandística del imperio de Estados Unidos, comenzó la cacería, fomentando el miedo, el odio, la desinformación, algo que vemos todavía hoy en día, hasta llegar a recursos extremos como fue la persecución, los despidos y la represión, el exilio, el encarcelamiento, la tortura, la muerte y la desaparición de tantos militantes de las fuerzas populares", añadió.

"Esta simbología llega hasta hoy, el hablar de los zurdos, los rojos, y se vuelve a agitar en este presente, no solamente en el mundo si no en América Latina porque el imperio sigue viéndolo como su patrio trasero con recursos naturales. Hay una lucha de clases para saber quién va a controlar esos recursos. Las élites agitan esos fantasmas para que ningún gobierno pueda disputar estos poderes", señaló.

Alerta actual

Ibaceta planteó que "ante esta nueva situación, vuelve a crecer este monstruo del anticomunismo, hay manuales de distintas formas de golpe. Esto sucede en todos lados, en las últimas décadas vimos operaciones judiciales, mediáticas y económicas, golpes para desestabilizar los procesos que cuestionan estos poderes", dijo.

En ese sentido, mencionó el golpe en Bolivia contra Evo Morales y que en junio del año pasado sectores políticos locales llamaron en plena pandemia a marchar contra "el barbijo del comunismo".

"No es azaroso, hay un hilo conductor, la bomba en Bahía Blanca o una amenaza de bomba en Casa de Gobierno, y tienen que ver con este nuevo marco ante un continente que lucha por recuperar sus derechos", dijo.

"Nos parece propicio este testimonio para seguir alerta y movilizados. Estos espirales de violencia no son azarosos los pueblos vuelven a cuestionar el status quo económico en el que vivimos. Y de vuelta en este recorrido histórico, vinculado con las políticas de memoria, verdad y justicia, en la que las fuerzas populares vivimos décadas de persecución, tenemos que mencionar que antes del golpe se formó la triple A como una manera de accionar contra el comunismo, asesinando actores, políticos, sindicalistas y militantes de izquierda. Luego vino el golpe, que obedeció a un plan nacional e internacional piloteado por Estados Unidos, para poner fin al estado de bienestar que se había desarrollado y que tenía también ese ingrediente especial de lo que había significado la revolución cubana", prosiguió.

Dijo que "el golpe de estado se generó dentro del plan Cóndor, que tenía como objetivo liquidar las fuerzas de izquierda por sus capacidades transformadoras para cambiar la sociedad, y establecer una nueva base de explotación del capital, el neoliberalismo, cuyas consecuencias hoy todavía sufrimos".

"En este contexto, la militancia y el PC, no solo enfrentó a la triple A sino que luego batalló contra la dictadura. Fue perseguido, nunca proporcionó ningún funcionario al servicio de la dictadura, más allá de las denostaciones que sufrimos. Tuvo un gran papel, en la ayuda a diferentes compañeros y militantes de distintos países, que abarcaba lo que significó este plan continental, siempre tuvo un accionar internacional en la lucha por los derechos humanos. Los abogados firmaron más de 9 mil habeas corpus", destacó.

Un solo demonio

El cuadro del PC rindió homenaje a las víctimas del terrorismo de estado y a la militancia del PC. "Sufrió más de 5 mil despidos en las empresas. También fue afectado con más de 500 militantes detenidos y torturados, de los cuales 150 fueron desaparecidos y solo 35 de ellos se recuperaron los restos. En nuestra provincia también tuvimos cesanteados, encarcelados, torturados", mencionó.

"Las consecuencias de la dictadura cívico, militar y eclesiástica fueron tremendas en todos los aspectos. La batalla simbólica para salir de una democracia restringida y la teoría de los dos demonios fue muy dura. Demonio hubo uno solo y fue el terrorismo de estado", subrayó.

Ibaceta lamentó el negacionismo del gobierno de Macri y que la Corte intentara beneficiar con el 2x1 a los represores. También la herencia de leyes de la dictadura que no se han remplazado aún.

"Reivindicamos a nuestra militancia y de las fuerzas hermanas, protagonista a través de sus organizaciones. Saludamos la persistencia de proyectos que plantean cambios estructurales para terminar con la pobreza, la injusticia, la desigualdad, y quieren construir la patria grande latinoamericana, y un sentido común diferente al capitalismo violento. Nuevas generaciones se levantan para seguir sosteniendo las banderas del campo popular para conquistar soberanía económica y política, tal cual lo hizo la militancia de la generación del ''''70 que mayoritariamente peleaban y soñaban por una patria socialista. Estás más vigente que nunca la consigna que dice socialismo o barbarie. Treinta mil compañeros desaparecidos presentes, hoy y siempre, venceremos", concluyó.

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