Alivio epidemiológico, inquietud política

Una de cal…

La semana que se fue se cerró en la provincia con cierto alivio, con una curva claramente a la baja respecto de la cantidad de casos de coronavirus, lo que permitió atender un poco mejor otros costados de la pandemia (el económico, el productivo y también el recreativo).

Los anuncios de la flexibilidad en las restricciones, no obstante, tendrán que atarse a la realidad nacional y a lo que ya se aprendió con el ejemplo: cuando los cuidados se relajan, crecen los contagios y las muertes, del mismo modo que se reducen esas malas noticias cuando se generan mecanismos que limitan la circulación.

El plan vacunatorio sigue avanzando con paso seguro y con la velocidad que permite la disponibilidad de vacunas, que en este tiempo ha mejorado respecto de los meses anteriores y que promete incluso incrementarse en los días que vienen.

La Pampa sigue dando muestras de eficiencia en el manejo de esos recursos, a tal punto que no solo lidera el ranking nacional en la aplicación de las vacunas, sino que ha tenido la inteligencia y el esfuerzo necesario para incrementar las dosis recibidas.

Para agregar a esa realidad un dato positivo, durante la semana que se fue se acordó la formalización de un acuerdo para que el Tribunal de Cuentas ejercite un especial control sobre el modo en que se administran esos recursos.

También resultó oportuna -aunque haya sido cuestionada por cierta demora- la decisión oficial de poner ahora sí como prioridad de la inmunización al sector docente, independientemente de la edad de las personas involucradas.

Con contradicciones y retardos, tanto el Estado provincial como los gremios que agrupan al sector lograron comprender que estar a la altura de las circunstancias actuales representa en este momento poner en suspenso la presencialidad, por más que sea el contacto obviamente más recomendado entre las personas que integran la comunidad educativa.

A contramano de esa estrategia, fruto del aprendizaje y de poner como prioridad la vida, sectores opositores que partidizan la pandemia aprovechan para insistir en que el Estado descuida a la educación.

Mientras tanto, el gobernador Sergio Ziliotto reafirmó el posicionamiento de que la Provincia no adquirirá vacunas por su cuenta, tal como lo agitaron algunas otras jurisdicciones y como le solicitaron algunas referencias de la dirigencia opositora.

El argumento pampeano es el mismo que sostuvo desde un principio y que pareció hacerse realidad de modo muy concreto en la ciudad de Buenos Aires: la disponibilidad de vacunas es tan baja que los propios laboratorios ya han definido que no le venden a estados "subnacionales", al menos en esta instancia.

La Pampa es una provincia que en el concierto nacional, y por más que sea señalada como ejemplo por el funcionamiento de su sistema de Salud, no aparece entre las más grandes, ni pobladas, ni potentes, y por lo tanto tampoco constituye un mercado demasiado atractivo para quienes se manejan con capitales gigantes.

…y una de arena…

Quizá por esas mismas razones, que convierten a La Pampa en una provincia de las "chicas", es que otra vez vuelven a aparecer justificadas desconfianzas respecto de las políticas nacionales acerca de los derechos hídricos.

La estatización de IMPSA significa, en los hechos, una potente alianza entre los estados Nacional y de Mendoza, que se unificaron para la gestión de esa firma, por más que Nación tenga la prioridad a partir de su mayoría accionaria.

El hecho de que en esa empresa haya parte de la única unión transitoria que intervino en la licitación para la construcción de Portezuelo del Viento, sumado a la evidente sintonía que el presidente mostró días atrás con el gobernador radical Rodolfo Suarez, reinstalan los fantasmas acerca de que otra vez La Pampa salga perjudicada.

A la realidad que indica que Mendoza es un distrito electoral más apetecible que La Pampa, se suman al menos un par de situaciones igual de evidentes: el monto de dinero comprometido para la realización de la obra; y la necesidad real de que exista una fuente de generación de ese tipo de energía.

El planteo de que Portezuelo del Viento es inviable, sin embargo, cuenta no solo con respaldo técnico, sino también con el aval político de la mayoría de las provincias que integran el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO), lo que no implica que no pueda haber cambios en esos posicionamientos.

En ese organismo, además, La Pampa pisa fuerte desde el momento en que el presidente y representante del Ministerio del Interior es Javier Schlegel, dirigente pampeano comprometido con la pelea por los recursos hídricos y designado en el momento en que el Estado Nacional hizo sus mejores guiños al posicionamiento pampeano.

En el camino, y por un arreglo que en su momento concretó la gestión macrista, el gobierno central no ha dejado de enviar millonarios fondos a la Provincia de Mendoza, destinados en teoría a ese emprendimiento, y que le pertenecen por decisión de la Corte Suprema de Justicia.

Las dudas respecto del futuro surgen -o se ratifican, en realidad- porque ahora La Pampa se plantó y le pide a Nación que directamente se retire de la licitación, más allá de que el COIRCO espera estudios de impacto ambiental serios e imparciales que determinen la viabilidad o no de Portezuelo.

Las palabras que los medios mendocinos pusieron en boca del presidente (aquello de que hacer la obra sería algo del más básico "sentido común") son perfectamente posibles en el contexto de lo que se ha gestado en los últimos años y de los intereses que hay en juego.

La puja que viene a continuación, aunque posiblemente no sea de manera inmediata, quizá obligue a la dirigencia pampeana a pensar alternativas, a afinar el reclamo de un estudio del impacto ambiental y de controles posteriores sobre el uso y el reparto de los recursos, e incluso a preparar el terreno para que el discurso de "no a Portezuelo del Viento" haga ahora mayor hincapié en el "no a Portezuelo del Viento en manos de Mendoza".