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Columna ambiental: ¿Criptomonedas o criptocontaminación?

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En la columna ambiental de este domingo reflexionamos sobre que tan "ecofriendly" son las criptomonedas como el Bitcoin.

Por Florencia Srur (*)

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EL DIARIO digital

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últimamente se habla mucho sobre las criptomonedas debido al desplome financiero del Bitcoin tras los anuncios del creador de la empresa Tesla, Elon Musk. Este análisis que se hace ha llegado hasta los cuestionamientos ambientales, ¿realmente el Bitcoin es "ecofriendly" o ambientalmente amigable?

Antes de resolver esta duda, vamos a ver, de manera muy simplificada, qué es una criptomoneda y cómo funciona. Básicamente, una moneda de este estilo es una moneda virtual electrónica que no tiene representación física como monedas o billetes que estamos acostumbrados a utilizar.

Para que la criptomoneda exista, contamos con el "ecosistema" Bitcoin, formado por una red de usuarios que se comunican entre sí utilizando un protocolo encriptado (por eso cripto) a través de Internet. La cantidad de Bitcoins es limitada y la obtención se realiza por medio de un proceso que se denomina "minería de Bitcoin". Un mundo diferente al que estamos habituados. Su atractivo radica en las bajas tasas de pago que proporciona.

Para que esta minería funcione es necesario contar con programas computacionales específicos y megaprocesadores, que a veces tienen el tamaño de habitaciones enteras para realizar las operaciones criptofinancieras. Estas computadoras gigantescas consumen una gran cantidad de energía eléctrica y uso de Internet, lo cual no son buenas noticias para el ambiente. Pero vamos por partes.

En cuanto al consumo energético, la estimación de consumo potencial varía según el tipo de criptomoneda (sí, hoy en día existen más de 10.000 monedas virtuales en todo el mundo y va en aumento), pero según cifras brindadas por el Centro de Energía Alternativa de la Universidad de Cambridge, el Bitcoin consume más energía en un año que Argentina, tal así que, si esta moneda fuera un país, estaría entre los 30 principales países consumidores de energía del mundo. Según este estudio, el consumo está en 150 TWh y las estimaciones máximas y mínimas varían entre 516 TWh y 47 TWh, respectivamente.

Siguiendo, en cuanto a consumo de Internet, se sabe que cada vez que "Googleamos" algo emitimos 0,2 gramos de CO2 (Dióxido de Carbono) esto significa que el efecto invernadero provocado por mil búsquedas equivaldría a conducir un coche durante un kilómetro. Sin embargo, Bitcoin lo exacerba. Las emisiones de carbono anuales de las criptomonedas son actualmente equivalentes a 7000 millones de celulares cargándose, considerando uno por habitante del mundo.

Está bien que el 40% de las formas de generación de energía que se utilizan para las monedas virtuales es por medio de energías renovables, y eso es muy bueno. Pero, si vemos uno de los informes de Cambridge Center, más de 90 TWh de Bitcoin se obtiene por medio de energías no renovables. En otras palabras, el consumo de electricidad proveniente de energías no renovables equivale aproximadamente al consumo de 10 millones de hogares durante el año.

Si las criptomonedas se acercaran a un nivel de adopción generalizada, como sucede con el papel moneda, la demanda de energía para las transacciones probablemente se dispararía tal como indican todas las proyecciones. Claro que esta columna no dice que el papel moneda no traiga sus efectos al ambiente, después de todo, el papel se crea a partir de la celulosa de los árboles y tanto la deforestación como la creación del dinero genera grandes impactos ambientales como contaminación y cambio climático. Pero esa es historia para otra columna…

(* ) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente, UNLPam. Email: [email protected]

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