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Brasil: la Corte salió al cruce de Bolsonaro

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El presidente del máximo tribunal, Luiz Fux, aseguró que "nadie cerrará esta Corte" y advirtió a Bolsonaro que el Congreso podría impulsar su juicio político.

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EL DIARIO digital

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La Corte Suprema de Brasil no dejó pasar ni veinticuatro horas para responder de manera frontal las amenazas que Jair Bolsonaro lanzó contra el máximo tribunal durante la movilización que convocó para amenazar a los otros poderes del Estado y dejar flotando -con toda intención- el fantasma de un autogolpe con los militares al estilo del peruano Fujimori.

El primero en recoger el guante fue el presidente del máximo tribunal, Luiz Fux, quien respondió con firmeza: "Nadie va a cerrar este tribunal" y aseguró que "las amenazas contra esta institución y sus integrantes y la desobediencia, podrían significa un crimen de responsabilidad que debe ser analizado por el Congreso".

La figura de "Crimen de responsabilidad" es la que habilita la apertura de un proceso de juicio político contra el presidente y es la primera vez que la máxima autoridad del país se expresa en esos términos.

Fux fue destinatario de las críticas del jefe de estado cuando le reclamó que remueva a Alexandre Moraes, magistrado que lo investiga por actos antidemocráticos. "O el jefe de la Corte pone en caja a uno de los jueces de la Corte o ese poder puede sufrir aquello que no queremos que ocurra", amenazó Bolsonaro ante una multitud concentrada en la Avenida Paulista.

La defensa cerrada de Fux a la independencia de la institución que preside, al conjunto del Poder Judicial y sus integrantes, anticipa nuevos enfrentamientos con el Poder Ejecutivo, sobre todo de cara a las elecciones de octubre del año que viene. "Es una situación de empate. Ninguno puede derribar el otro", confió una fuente judicial especialmente preocupada por el aumenta de la escala de tensión.

El cuadro judicial no es todo negativo para Bolsonaro, ya que el procurador General Augusto Aras, que suele fallar a favor del Gobierno, se limitó a decir de los actos bolsonaristas que fue "una fiesta cívica".

En esta paridad en la disputa de poder, crece el rol del Poder Legislativo. El presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, dio breves declaraciones y dijo: "No puedo admitir que se cuestionen las decisiones tomadas por la Cámara" y pidió terminar "con la escalada de tensiones para ocuparse de los problemas reales". "No hay lugar para extremismos", añadió y afirmó que "estoy para conversar con todos".

Lira tiene un rol incómodo porque conduce Diputados gracias a la alianza que forjó con Bolsonaro, su partido (el Partido Progresista) integra el Centrão que dota de gobernabilidad al oficialismo y tiene cargos importantes en el gabinete como Ciro Nogueira, que ocupa la Casa Civil (una suerte de jefatura de gabinete pero con más facultades), y al mismo tiempo crecen los pedidos de los partidos opositores para que se abra un proceso de impeachment.

En relación al Senado, el presidente Rodrigo Pacheco no se pronunció pero suspendió la sesión, una decisión que muchos leyeron como una respuesta a la presión de Bolsonaro en el acto.

En las últimas horas, lo que venía siendo un pedido del Partido de los Trabajadores y otras fuerzas de izquierda, sumó al PSDB-histórico partido de centroderecha que supo liderar Fernando Henrique Cardoso- y al PSD entre las fuerzas que apoyan juzgar las acciones del presidente en el Congreso.

Lira sigue sin evaluar esa posibilidad pero la presión de la Corte y el aumento del número de diputados demandando la apertura del juzgamiento podría ponerlo en aprietos.

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