“Todavía veo las imágenes y no lo creo”

“Es una alegría grande, no me lo esperaba, todo el año con la pandemia que no nos dejó hacer mucho porque estábamos parados que mucho no se pudo hacer, estábamos parados. Pero se me dio y es una gran alegría, repito”.

Darío álvarez nació en Toay. El Chochi entrenó apenas se abrieron las puertas para que las piernas peludas vuelvan a ser piernas peladas en la ruta. Y así, un mes atrás, empezó a construir el sueño de ser campeón argentino. Ese sueño, que comparte con sus hijos, su mujer y sus padres y amigos, se materializó el domingo en el autódromo Eusebio Marcilla de Junín, cuando ganó la categoría Máster B1 en un embalaje masivo similar al de los grandes finales en las rondas más importantes del planeta.

“Soy un corredor poco pensante que va al frente. Me preparé con Ale (Aimar), que me entrena, y Paulino (Dal Secco) y ellos me decían que tenía que esperar la definición, un poco más. Que no me tenía que apurar tanto. Y la verdad es que fue esa carrera que tanto esperaba hacer. Esta vez la esperé hasta el final y se pudo dar” le cuenta a El Diario.

Gracias a sus rendimientos, el representante de la Asociación Ciclista Pampeana dice que encontró solidaridad entre el grupo de ciclistas pampeanos con los que entrena a diario. Y en esa alianza de colaborar para una causa, empezó a sentir que era una de las bazas más fuertes.

“Llegamos el sábado y con Javier (Córdoba) salimos a rodar. Sentía que las piernas estaban bien, ya cuando corrí con Paulino en San Rafael me había sentido muy bien y sabía que podía tener chances. Por suerte los pampeanos tratamos de correr todos juntos, Seba Lastiri, Pilu Kiriachek, Fabri Sosa… todos juntos. Hicimos una muy buena carrera” aportó.

Era clave, en una carrera intensa, llena de piques, estar bien ubicado. Pescar una fuga buena si es que la había (Lastiri estuvo cerca faltando dos giros) o quedar en una buena ubicación para definir. Y ahí es donde logró colarse entre los favoritos, tras sacar provecho de sus mejores piernas.

“Levantaron el sprint muy lejos, fue muy largo. Yo siempre traté de mantenerme adelante y al final pude ubicarme en el embalaje. Primero estuve encerrado, pero después me hice el lugar para salir y embalé. Sabía que podía darse y se dio” admitió el flamante campeón.

¿Qué le pasó cuando pasó la raya? “Empezaron a pasar un montón de cosas por mi cabeza. Todo el esfuerzo se vio reflejado. Me acordé de mis hijos, mis viejos, que vieron el esfuerzo que hice. Y también de mi abuela, que falleció hace poco”.

álvarez se enteró de la fecha un mes atrás. Inició los trámites para anotarse, habló con su entrenador y amigo, y puso la mente en el horizonte llamado Junín. “Le agradezco mucho a Ale porque me ayudó con la preparación. él me dijo que no era entrenador pero sí que me podía aconsejar en algunas cosas para tratar de llegar lo mejor posible al campeonato. Y se dio… Todavía veo las imágenes y no lo puedo creer. Es una de las cosas más importantes que he logrado”.

Ya descansando, el toayense pide citar como fuente de inspiración a los amigos del “chinchón de los sábados”, ese grupo que acelera entrenando y juega a correr para medirse.

Insiste, ahora que recién está “cayendo” con la camiseta blanca con la franja celeste en el centro, como para inmortalizar el momento, que fue su gran momento en el ciclismo pero que no se conforma. “Ahora haré la licencia elite y me pondré a pensar en correr con los elite todas las carreras que se puedan. ¿Correr alguna de las grandes de Argentina? ¿Por qué no? Mientras pueda, lo voy a intentar”.

para compartir su descargo por la aparición de sus polémicos tuits. "Pasé momentos más duros, estoy muy avergonzado. Disculpas a todos los que salieron ofendidos por las barbaridades que escribí, en ese momento no imaginaba en quién me iba a convertir", escribió desde la red social.

En la misma línea, continuó: "Hoy me toca hacerme cargo de lo que dije hace nueve años, perdón también a mi equipo y mi familia por el momento que están pasando por mis acciones, y gracias a la gente que me quiere por su apoyo".