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“Ando bien porque soy un inconsciente”

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El ciclista pampeano cuenta su secreto de ser competitivo a los 42 años. Viene de ganar en Alvear.

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EL DIARIO digital

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En la rotonda de la ruta 9, a la salida del Autódromo Provincia de La Pampa para regresar a Santa Rosa, hay un grupo que está en el final del entrenamiento diario. El pelotón es de una veintena de ciclistas. Todos, tirados y arrastrados por un ciclista que con transmisión completa va a la cabeza.

Porque así ha sido su vida, buscando las respuestas de los límites. Paulino dal Secco va con otra marcha. Desde hace un par de años. Aunque redundante, nunca pasa de largo su historia. Llegó tarde al ciclismo y vive a fondo cada día. Como si los 42 se invirtieran y fueran 24 años.

“Tengo la suerte de que siempre gano o por lo menos me he dado el gusto de ganar, porque hay que decirlo, a veces no pasa. Pero gané en karting, en el Supercar, y ahora en la bici”, le cuenta Paulino a El Diario.

El pasado domingo, en General Alvear y con los colores del Jam Rod mendocino, corrió su tercera carrera de la temporada después de las dos citas en el autódromo de San Martín. Y fue con victoria al sprint.

“Estoy contento, me viene bien. Arranqué bien en San Martín, estuve prendido, una se me escapó y en la otra laburé hasta donde pude. Pero estuve para meterme”, agrega y se respalda en la confianza de su equipo, que lo sumó como una de las piezas más valiosas para los puntos fuertes de la temporada, que son el Giro del Sol y la Vuelta a Mendoza.

“Llegué al equipo y a tener este nivel sin darme cuenta. Hay muchos juveniles que poco a poco han confiado en mí. Y yo estoy para tratar de sumar. En esta carrera de Alvear iba bien y faltando 20 minutos el técnico me dijo que me quedara y que fuera al sprint. Armamos un tren, y ya me gané el lugar peleando para meterme a definir. Me quedó lejos el embalaje, pero pude ganar”.

Lo que le pasa

Por dentro Paulino habla de sus sensaciones tras la victoria en esta nueva aventura en un año raro. “Son muy lindas sensaciones y les agradecí a todos. Estaban contentos ellos, como que laburaron para mí y yo estoy gustoso de eso. No es fácil que te den la responsabilidad y no fallar. A veces no sale”.

En este presente el renovado Paulino, al que ya llaman La Moto, hay un montón de factores que confluyen. Pero ninguno es el que se pueda imaginar porque es algo que estudia la ciencia. “Creo que ando bien porque soy un inconsciente. Por ejemplo, no pienso cómo meterme o qué resultado buscar, lo hago, lo decido... Soy un inconsciente total, pero es así, vivo la bici el día a día. Me sorprendo a veces cuando recibo críticas de gente que dice: ¡cómo lo vas a ayudar al Paulino que tiene 40 años. Ayudá a un joven”. Y yo me siento bien contra los jóvenes, los enfrento y algunas veces les gano, pero sé que soy un viejo”.

Ahora dice que ya no se siente un joven viejo, sino más bien un ciclista maduro que entiende el reloj biológico pero no lo obsesiona. “He recibido propuestas de equipos profesionales de Argentina pero me ha frenado la edad, es la realidad. Yo disfruto, día a día, me cuido, lo tomo con mucha responsabilidad. Y ahora hasta me estoy metiendo en las charlas técnicas. Creo que estoy más maduro y me siento respetado. Nunca me había pasado que trabajaran para mí, la del domingo fue la primera vez. Y se siente muy bien”.

Dal Secco frena la charla del teléfono, ordena un par de pedidos en su negocio Paulino Motos y sigue. Ya estabilizado en la elite nacional. “Creo que soy un batallador. No hago una cosa bien bien, hago cada cosa, digamos, unos 8 puntos. No soy un sprinter, pero me meto; paso bien subiendo, y estoy mejorando la contra reloj, la he ido puliendo. Veremos cómo se da todo lo que viene”.

Por lo pronto se enfoca en sus desafíos del fin de semana, junto a Santiago Roumec y Javier Lobosco, en Mendoza o Allen. Ahí irá de nuevo con sus ilusiones y con el modo Giro del Sol, el 8 y 9 de enero, para intentar otra aventura de inconciencia.

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