Claudio Rojas, de nuevo en ritmo

Cuando se liberó el camino, en tiempos de COVID, a muchos les volvió el alma al cuerpo. Ese fue el caso del santarroseño Claudio Rojas, quien el sábado participó de las pruebas libres en el circuito del Automoto Club de Bahía Blanca. Ahí, donde bombea fuerte el corazón del spedway argentino. “Estoy muy conforme, la prueba estuvo muy buena. Yo sé que no soy joven, pero lo tomo con mucho profesionalismo” le dice Claudio a El Diario.

Claudio tiene 47 años. Pero la ilusión es la de un joven de 20 que no ha perdido las mañas. Es como un viejo zorro que sabe los secretos de este mundo en dos ruedas, por su clase para conservar el fino equilibrio entre la geometría de una moto de medio litro que explota en sonidos maravillosos, cuando entra en una curva que se cierra cada vez más y el acelerador no se corta.

El sábado muchos lo vieron girar de nuevo en Bahía Blanca, en el nuevo escenario de Aldea Romana del Automoto Club, que reemplazará al del Club Midgistas del Sur. Y fue encontrarse bajo un cielo que le dio una de las tristezas más grandes de su vida con la pérdida de su hermano Sergio, y millones de alegrías, en un óvalo o en la calle, frente a la sociedad.

“Desde el 96 que no aceleraba en Bahía Blanca. Después de lo que pasó con Sergio, fui dos veces más y no volví a correr. ¿Qué me pasó? Me sentí halagado, la gente me tiene en cuenta, me mandan siempre muy buena onda. Fuimos a la casa de Carlitos Limbozzi, nos atendieron mil puntos. Carlitos Silva, que es de Punta Alta, también me invitó a comer, quería verme, esas cosas me hacen sentir bien... sentís ese honor de mucha gente y sinceramente me hace muy bien” dice.

Además de Claudio, también giraron entre otros Horacio Rigol, Paco Olivera y Eber Ampugnani, entre los pampeanos que tuvieron su primer contacto en plena pandemia pero con habilitación de tránsito entre ciudades.

“Me seguí con ganas de más porque cortaron las tandas. El piso se rompió mucho y por seguridad cortaron. Tienen pensado hacer un campeonato de verano de seis fechas, y lo que se analiza es si será con o sin público. El lugar está muy bueno, trabajaron mucho para hacer esta pista y la luz es espectacular, parece de día, no hay sombras” destacó.Rojas, quien estuvo acompañado por familiares, indicó que la pista tiene algunos secretos y no es tan fácil de llevar una moto de tanta potencia. Para ingresar a las curvas hay que hacerlo con mucho cuidado, encontrando los mejores radios. “Me hizo acordar a una pista de Neubrandenburg, en Alemania, que era difícil. Acá, en Bahía, recién en la tercera tanda pude girar bien”.

El santarroseño, quien tiene una moto muy competitiva que tiene un potencial como las mejores del país, confiesa que esta vez pudo aceptar la invitación con el permiso de circulación y que está, decididamente, enfocado en volver a correr.

“Me siento joven, sé que no lo soy, pero me tomo esto con mucho profesionalismo. Como todo. Si no hago alguna actividad física para competir, no podría estar acelerando. Una caída acá te lesiona. Es un hobby, una diversión y siento que ando bien, pero lo tomo con profesionalidad. Me vine con ese saborcito de haber probado más” reconoce.

La meta

En 2022 Centenario se propone como escenario para ser sede del Speedway Grand Prix. Para eso trabaja y para eso desembarcó en la ciudad el ex piloto Armando Castagna, actual dirigente de la Federación Internacional de Motociclismo. De concretarse, Rojas tiene ese faro entre ceja y ceja. “Quiero andar bien, porque nadie me va a quitar el sueño de poder estar en una fecha del Mundial. Argentina tendrá cuatro plazas y me gustaría intentarlo”.

Para eso ya trabaja pensando en el torneo veraniego del que se está hablando. “No me gusta hacer las cosas a la mitad. En mi cabeza ya me fijé la posibilidad de conseguir una de las plazas si es que se hace el mundial en Centenario. Por eso estoy con pilas para el torneo de verano. Siempre trato de dar lo mejor, sobre todo en situaciones de carrera. No quiero ser un viejo que da vueltas, quiero ser un rival más”.

Entre las anécdotas que se trajo de Bahía del fin de semana, hay una muy particular con Jorge Zini. “Habíamos quedado en que el día que nos encontráramos, iba a subirse a la moto. Cuando se la presté, casi que terminó insultando porque no la podía llevar ni en los tramos derechos, je. Yo, todavía, puedo y lo importante es que tengo muchas ganas”.

Foto: Rasta Photography