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El record de All Boys, en las páginas nacionales

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Básquet: un artículo en el diario La Nación cuenta la historia del tetracampeonato record del equipo de los "Super Amigos".

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Por Andrés Fernández (*)

Sentido de pertenencia. Amistad. Respeto. Compromiso. La unión de todos esos conceptos puede dar resultados maravillosos. Lo certifican todos los que forman parte del primer equipo de básquet de All Boys de Santa Rosa, La Pampa. Este plantel que llegó la gloria es el dueño de un récord único. No sólo en la Argentina, también en el mundo.

Con cuatro títulos provinciales consecutivos, los pampeanos alcanzaron la impresionante cifra de 100 triunfos en fila. Pero esto no fue de casualidad y de eso hablaron con LA NACION tres protagonistas de esta banda de “Súper amigos” que juegan por diversión, no cobran un peso y ganan. ¿Cuáles son las claves? El veterano campeón de Liga Nacional que sigue divirtiéndose. El apoyo de sus seres amados y las anécdotas de un combinado invencible.

El inicio de una marca impresionante

Todo comenzó en 2017. Los planetas se alinearon en aquel tiempo para la primera de All Boys. Y uno de los que cuenta cómo comenzó a forjarse todo y cuál fue la base del éxito es Franco Zalabardo, goleador del conjunto: “Yo soy el que más la tira, no sé si las meto”, bromea al principio. “En mi caso, yo jugaba en otro equipo del Torneo Federal y volví en un receso a Santa Rosa, porque soy de acá. Mi idea era volver a irme, pero me quedé. Justo dio la casualidad de que ese año volvieron varios chicos del club que somos amigos y ahí nos reunimos de nuevo con la banda”. Franco, que hoy en día trabaja en Dirección de Deportes de la Provincia de La Pampa, estudió gastronomía y Educación Física, vuelve a poner en el centro de escena lo importante que fue jugar con amigos para lograr este récord: “La gran mayoría de los que estamos ahora en el plantel de primera empezamos a jugar al básquet en All Boys. Desde el 2000, 2005 ya son más 15 años en los que compartimos el amor por la camiseta y por el deporte”.

Todo equipo tiene una referencia. La imagen del director técnico es la que representa la cabeza de un grupo y el encargado de manejar los hilos este equipo es Juan Cruz Gavazza. “Soy un entrenador muy joven”, afirma. Hoy con 28 años de edad, siempre tuvo en su cabeza ser coach de básquet. “Jugué en All Boys desde los siete años y llegué a primera”. Pero un día, Juan se dio cuenta de que no tenía nivel para jugar la Liga Provincial: “Cuando dejé de jugar, al año siguiente con 22 años ya estaba dirigiendo la primera”.

Gavazza es quien guió este récord desde el inicio. Desde su primer partido al mando, el cuadro no perdió: “Estoy a cargo del equipo desde el primer partido que arrancó con el récord, en 2017?. Y también remarca la amistad como la base del soñado logro: “Ese año dio la casualidad que volvieron algunos chicos que eran del club y que estaban jugando afuera, todos de muy buen nivel y, además, amigos desde las categorías menores que se reencontraron. Eso hizo que se armara un lindo equipo”. Como entrenador, también agrega: “Se conjugaron muchas cosas para que salga todo mucho mejor”.

Las 100 victorias seguidas, que van de la mano con los cuatro campeonatos, por supuesto, tienen sus números: en 2017, All Boys de Santa Rosa obtuvo 20 triunfos; en 2018, fueron 32 los duelos sin derrotas; en 2019, ganaron 34 encuentros sin caídas y en 2021, 14. Todos por al campeonato Provincial contra equipos de la talla de Independiente de General Pico, campeón de la Liga Nacional en la temporada 1994/95 y Pico Football Club.

El recambio y la voz de la experiencia

Durante estas cuatro temporadas, han habido recambios en el plantel conducido por Gavazza. Algunos jugadores que no estuvieron desde el primer partido arribaron al club para continuar con la racha ganadora. Al respecto, Zalabardo, cuenta: “Los que fueron viniendo se adaptaron rápido porque llegaron a un equipo afianzado que nos conocemos hace muchísimo tiempo”. Y uno de los que tuvo que sumarse fue Jorge Sánchez. El ala pivot de 44 años se presenta como el más veterano: “Cuando era chico también jugué en All Boys, pero ahora juego con chicos que conocí con pañales”, le cuenta a LA NACION.

Sánchez tiene sobre sus espaldas una gran jerarquía. “Jugué en muchos clubes. Arranqué en Independiente de Pico, a los 17 y estuve ahí del 94 al 98, justo cuando salimos campeones de la Liga”. Pero, además, el experimentado basquetbolista vistió las camisetas de Vélez, River, Obras Sanitarias, Gimnasia de La Plata, Belgrano de San Nicolás, Conarpesa de Puerto Madryn, entre otros. “Hace más de 23 años que estoy jugando e incluso llegué a vivir del básquet”. Al día de hoy, además de despuntar el vicio con la naranja, Sánchez trabaja en un corralón hace cuatro años y es técnico electromecánico: “Trabajo en comercio ocho horas. Si tengo que ir a renegar, no voy, al contrario, voy a jugar porque la paso muy bien”. También, por su experiencia, es una referencia de los más jóvenes: “Yo los aconsejo mucho y me escuchan, ese ida y vuelta que tengo con ellos está muy bueno”.

Sánchez, a pesar de haber sido parte de mitad de este proceso, también expresó lo que para él fueron los cimientos de este proyecto hecho realidad, pero a través de la voz de la jerarquía: “Desde el minuto uno, el que se sumó se comprometió con el equipo. Fuimos a jugar en malas condiciones y dejamos todo. No nos daba lo mismo perder, queríamos mantener ese invicto. Jugamos de la misma manera contra el primero y contra el último, siempre respetamos al rival y jugamos nuestro juego”.

El invicto eterno con récord único

Dentro del prolongado invicto, hubo partidos en los que los jugadores sintieron que se les podía escapar y Franco Zalabardo recordó dos: “Uno fue contra Belgrano de Santa Rosa que lo dimos vuelta en el último cuarto, pero lo peleamos de atrás todo el partido y fue durísimo. Después en el que más miedo hubo fue contra Independiente de Pico, que lo ganamos por 2 sobre el final”. Pero una de las claves por las que el equipo todavía no cedió, según el goleador, fue por lo que se vive en el día a día: “Desde que nos volvimos a juntar fue la competitividad lo que nos llevó a ganar a los cuatro torneos, en algunos momentos nos dimos cuenta que era más difícil ganar el picadito de la semana entre compañeros que en los partidos con la camiseta”.

Sin lugar a dudas, la marca que ostenta All Boys de Santa Rosa es única en cualquier liga o torneo del Planeta Tierra. Sus 100 triunfos en fila dejan atrás marcas obtenidas por grandes equipos: En la NBA, Los Angeles Lakers alcanzaron los 33 partidos ganados en forma seguida, en la temporada 1971/72. En Europa, Real Madrid obtuvo la cifra de 61 victorias al hilo entre los años 1971 y 1974 en lo que era la Liga de Honor española, hoy conocida como Liga ACB. En Argentina, también hubo equipos que lograron buenas rachas ganadoras como Atenas de Córdoba, Peñarol de Mar del Plata y Quimsa de Santiago del Estero, los tres con 17 partidos ganados. En el Torneo Federal, la tercera categoría del básquetbol nacional, Racing de Chivilcoy se consiguió 37 logros en fila.

Pero el invicto era algo que no tenían en mente como grupo, el foco de este equipo imbatible estaba en dar lo mejor en cada partido: “Nunca lo pensé y nunca me di cuenta. La realidad es que no nos pusimos como objetivo llegar a esa suma de partidos, sí en los últimos, cuando faltaba poco, pero en un principio la idea era ser competitivo, que el club se sienta bien representado por nosotros y obviamente ganar. Lo hemos hecho y ha salido bastante bien”, cuenta Gavazza. Quien también se desentendió del récord fue Zalabardo, pero contó lo que pensaban puertas adentro: “Cuando ganamos el partido 100 recién me di cuenta. En un momento ya estábamos esperando el partido en el que nos ganen porque llegamos muy lejos y es muy sorprendente hasta para nosotros”.

Para Juan Cruz Gavazza el básquetbol es todo: “Soy entrenador, sólo me dedico a esto, trabajo en el club, estoy a cargo de tres categorías y soy coordinador del básquet del club, así que estoy metido acá adentro todo el día”. Así es la vida de este joven de 28 años que tiene un enorme camino por delante y que las vueltas de la vida lo llevaron a este lugar de privilegio: “Yo agarré este equipo a los 22 y la realidad es que no estaba preparado para dirigir primera, imaginate a esa edad con poca experiencia, pero se dio un hueco en el club, yo estaba acá, me dedicaba a esto y bueno, empecé, fui aprendiendo e intento seguir aprendiendo”. Aunque no pensó mucho en cómo se ve en el futuro, sí sabe que su sueño es ser entrenador: “Disfruto lo que estoy viviendo, después veré lo que viene. No le cierre las puertas a nada”, cuenta Gavazza que tiene como referentes en la materia a Sergio Hernández, ex selección argentina, y a Gregg Popovich, coach de San Antonio Spurs.

El apoyo emocional y material

Entrenamientos, partidos, viajes, pero, además, un círculo íntimo alrededor con quien también se debe cumplir. Varias de estas vivencias debieron pasar todos los integrantes del plantel y el apoyo de sus familias para estos momentos ha sido muy importante para que todo lo bueno suceda. “Yo tengo 44 años, llego cansado a mi casa y quien me contiene cuando llego es mi familia”, explica Sánchez, quien sostiene que, si no fuera por ellos, no estaría jugando al básquet en este momento de su vida: “Cuando tengo que jugar un partido me hacen la comida que yo quiero para que esté bien, siempre me apoyaron y cuando decidí seguir fue una consulta familiar, les dije que iba a surgir jugando y ellos me apoyaron y estuvieron al lado mío”.

Franco Zalabardo también expone el inmenso sostén familiar que recibe: “Mi mamá, mi hermana y mi pareja van a todos los partidos de local, si pueden, viajan, en mi caso me acompañan muchísimo, es una gran ayuda”. Gavazza, por su parte, explica cómo le sirvió el respaldo de sus padres para poder ser entrenador: “Me fui a estudiar kinesiología a Córdoba ya sabiendo que quería ser entrenador”. Y recuerda una anécdota: “Justo un día tenía un ingreso a kinesiología y me coincidía con el arranque del curso de entrenador de básquet, mi papá quería que dejara kinesiología para irme a rendir el examen de básquet porque él sabía que yo iba a ser entrenador; con el fallecimiento de mi padre, mi madre también me apoyó un montón”.

Otro gran apoyo que tuvo el equipo para continuar con el récord es el de la comisión directiva de la institución. Al tratarse de un club de barrio, la presencia está, pero todo es más a pulmón: “La realidad es que hay pocos dirigentes, son dos o tres personas que apoyan todo esto, los chicos juegan por hobbie y recreación más que por otra cosa, ninguno cobra un peso. Después hay padres y madres que hacen del club una gran familia”, revela el director técnico, Gavazza. Los jugadores también aportan lo suyo en la cuestión y le dan cierto valor a lo sucedido en los últimos tiempos: “Viajamos el mismo día del partido, porque no son viajes largos, el más lejano está a 180 kilómetros. Para movernos los dirigentes ponen autos o ven cómo de qué manera se puede viajar”, cuenta el goleador, Zalabardo, que revela que All Boys fue siempre un club en el que tuvo al fútbol como deporte principal: “Al básquet se nos hizo de lado durante un tiempo, pero la dirigencia que agarró en los últimos años nos ha dado más bola y no tenemos nada que reprocharles”, celebra.

Los Spurs y los Lakers de LeBron, los espejos de All Boys

Los 100 partidos de este equipo pampeano tendrán la posibilidad de estirarse el próximo año. A fines de febrero o principios de marzo dará comienzo el Torneo Provincial 2022. Y para seguir soñando con ampliar la marca se comparan con otros equipos, pero con aquellos no terrenales. El coach Gavazza, con una mirada bien metódica ve a sus dirigidos como San Antonio Spurs: “Ellos fueron los que primero implementaron el pase extra y la búsqueda del mejor compañero, algo que nosotros intentamos replicar”. Juan Cruz observa eso en cuanto al juego, pero también rescata la importancia del valor humano: “Además, Popovich tiene una gran manera de gestionar la unión del grupo y el compañerismo para después llevarlo a la cancha y yo intento hacer un poco de eso, salvando las distancias”.

Para Sánchez, la relación está por el lado de esa gran amistad que se convirtió en la clave principal de todos los éxitos: “Nos comparo con los Lakers de LeBron James, que lleva a todos sus amigos y a los que les tiene más confianza a jugar con él. Acá pasa lo mismo, son un grupo de amigos y eso ayudó a que varios se queden y sigan remándola por el club”.

(*) Artículo publicado en el diario La Nación

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