Todino en el TC: “Estoy cumpliendo un sueño”

En los escenarios de tierra de La Pampa y la zona Sebastián Todino y su hermano Gastón se repartían hazañas. Eran las épocas del Vasco Bongiovani, el Flaco Ravera, Miguel Zaninovich, Luis Teja, Claudio Brunengo, Dante Fuhr… Fue, tal vez, la última imagen del automovilismo pampeano romántico, donde dos personas iban en habitáculos que eran cápsulas triangulares artesanales en circuitos de tierra. All Boys de Trenel, el Chata Elisei de Castex, Puan, Santa Rosa, General Acha.

Y eran hazañas por los protagonistas y por los vehículos. Llegar a meta con esos autos, con peleas feroces y verdaderos chapa/chapa, era coronar el trabajo de la semana y honrar a los dioses de los motores o, en todo caso, maldecirlos.

De los hermanos Todino, trabajadores incansables, Gastón lo intentó un tiempo a nivel nacional en el TC Pista mientras Sebastián ponía frenos a los deseos de quien hoy está llamado a ser una de las grandes promesas del automovilismo argentino: Germán.

El fin de semana en el Roberto Mouras de La Plata, en un escenario vacío (de gente y de ánimos por el fallecimiento de Alberto Canapino) Germán tuvo un estreno ideal en el Turismo Carretera al acabar cuarto, tras ganar su serie. Mucho para alguien que, con 20 años, deberá acostumbrarse a transitar la vida de la categoría más popular de la Argentina. Ahí donde aquellos hermanos de Rivera alguna vez apuntaron sus horizontes.

“Es impresionante lo que se vivió, estoy muy contento por lo que viví el fin de semana. Estoy cumpliendo un sueño al correr en el TC, tanto en lo personal, como en lo familiar porque es un sueño mío y de ellos”, le dice Germán a El Diario.

Su ascenso a la Máxima fue meteórico. Como su padre, pasó por el automovilismo pampeano en el campeonato de karting y corrió como invitado de Gustavo Cobos en el Supercar en Toay en donde voló a la gloria de principio a fin.

Bajo la órbita de la ACTC corrió en el TC Pista Mouras en 2017 con un Ford del Azul Sport Team donde ganó tres carreras. En 2018 ascendió al TC Mouras, donde consiguió seis podios y dos victorias y fue campeón.

En 2019 se unió al Alifraco Sport con un Torino, en el TC Pista, y en 2020, en la misma categoría, estuvo a punto de pelear el campeonato en San Juan Villicum en un título que fue para Ayrton Londero después del choque entre Jakos (el otro aspirante al título) y álvarez, los obstáculos de Todino que no pudo zafar del choque.

La imagen del auto en la leca y el grito de bronca del chico, quedaron grabadas en la mente de todo Rivera.

“No se me va a borrar fácilmente la amargura de esa carrera, pero ya está. Hay que dar un paso al costado y enfocarse en el TC. Lo tomé con tranquilidad una vez que pasó”, dice.

Sus espacios en el mundo se reparten en pisos de tierra y asfalto. Cuando está en la tierra, a cielo abierto, tiene la responsabilidad de engordar la hacienda, meterse bajo el sol y hacer que la producción rinda. Cuando está sobre asfalto, el campo queda a la espalda y solo se trata de acelerar, en el TC ahora y nuevamente en el Turismo Nacional.

“Tengo que trabajar en el campo. No me puedo dedicar exclusivamente a manejar los autos de carrera, trabajando con mi familia, con el feedlot y la hacienda, y los fines de semana corro”, aporta.

Mañana jueves viajará a Bahía Blanca para correr la primera fecha del año del Turismo Nacional en la Clase 3 donde también buscará mostrar por qué es uno de los pilotos más rápidos del país.

Pero el TC es el TC. Y él lo explica tras el debut con los mejores nombres del país. “En el caso de La Plata fue un fin de semana distinto en el sentido de estar junto a los pilotos más importantes y por ser parte del Turismo Carretera, pero nada más. Lo tomo con mucha tranquilidad”.

Germán maneja el Torino que tiene 50 caballos más que el año pasado. Dice que no hay diferencias a la hora de doblar o frenar y que solo siente el cambio en la “potencia”. “Tiene más caballos que el auto del TC Pista, pero por suerte me pude adaptar rápido. En esta carrera me enfoqué en lo mío que era no arriesgar y correr tranquilo para no hacer macanas”.

Ya pensando en la segunda fecha en el Oscar y Alfredo Gálvez de Buenos Aires, un escenario en donde sabe lo que es ganar, dice que no quiere apurarse a pensar o imaginar cosas. Solo pretende ser realista. “Quiero ver lo que pasa de acá en más y a medida en que vaya transcurriendo el año. Es muy temprano para hablar de sueños, pero ojalá pueda entrar en la Copa de Oro, que es el primer objetivo de todo”.

Fotos: ACTC