Culturales

Hacer del parate un tiempo de buceo

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Este sábado, a las 20 horas, “Guillermina & los planetas” lanzará de sus cuentas en Youtube, Facebook e Instagram “Engendro”, un nuevo tema con música de Hernán Basso y letra de Guillermina Gavazza y una apuesta estética de “Cripy Rococó”, el grupo audiovisual integrado por Paula Di Nardo, Florencia Pumilla y Martín Arrieta.

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EL DIARIO digital

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“Pensamos en una técnica plástica que nos acerque a la idea de lo monstruoso, que haga palpable, además, los mecanismos alternativos con los que veníamos haciendo música en pandemia, porque el proceso mismo de grabación en cuarentena empezó como un collage: audios de muy distinta naturaleza, textura y color, generados en distintos espacios-tiempos y dispositivos que se acoplan, tal vez, para transitar nuevas formas, tal vez para anularlas”, adelantó Guillermina Gavazza a Kresta.

El proyecto de “Planetas”, por alguna razón, siempre busca ligarse a artistas visuales. De hecho, el último concierto que brindaron en el teatro de la ATTP contó con una puesta en escena subacuática de Fedra Kloster, que a través de medusas luminosas pintó un cuadro surrealista “que nace en las pupilas e incluye al mundo natural”.

“De alguna manera, ‘Planetas’ también me ha permitido ligar tres caminitos que recorrí y amé: el de la biología, el de las letras y el de la música”, confesó “La Guille”.

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Tampoco es la primera producción que acompaña la artista visual santarroseña Paula Di Nardo, que en esta oportunidad también lanza la primera producción del trío “Cripy Rococó”.

“Con Paula ya veníamos trabajando, siempre nos pareció una estética muy acorde a la sonoridad de ‘Planetas’. Esta vez crece el equipo, un trío encantador, para armar una combinación de personajes en collage, ilustración y animación. Un laburazo artesanal al que le dedicaron mucho tiempo y amor”.

Producir en pandemia

Canciones colectivas vía Zoom, conciertos online desde el living, décimas por WhatsApp, archivos musicales, nuevos discos y videoclips son algunas de las herramientas que han desplegado los músicos y músicas, porque la música sigue y seguirá sonando, pese a todo. Algo de eso también es “Engendro”: una nueva forma de componer, de armar y desarmar las sonoridades, para dar paso a otras. Un movimiento que no tiene un fin determinado, sino nuevas búsquedas. Experimento.

“Hemos tratado de encontrar vías creativas, de hacer del parate un tiempo de buceo, de componer, de ponernos en situación de laboratorio y experimentos”, dice Guille.

- ¿Cómo fue eso?

- La cuarentena nos agarró con el proyecto de grabar un material audiovisual que, tal como estaba planteado, no era posible llevar a cabo. Entonces decidimos virar con eso. En principio, nos armamos de material básico de audio para montar un miniestudio casero que nos permitiera armar maquetas y cruzar ideas. Así fuimos dando forma al nuevo tema para el próximo audiovisual, que también se transformó en un proyecto absolutamente distinto. Paralelamente, estrenábamos formación con la incorporación de dos músicos.

La propuesta de participar en el streaming “Sucucho Viral” nos vino muy bien para ponernos en acción cuando se pudo ensayar. Unos días después abría la sexta temporada el programa musical “El Demo”, para el que también grabamos un conciertito. Otra manera de afianzar la nueva banda y de darles curso a las ganas de tocar que íbamos juntando.

Por otra parte, este año estuvimos atentes a las convocatorias y programas dirigidos a músicxs tanto de Nación como provinciales. Eso nos permitió por ejemplo difundir material en la TV Pública. Y este martes grabamos también en el Medasur para Músicas Esenciales - Sonidos de Argentina, una convocatoria de Nación que concursamos.

Hemos tratado de encontrar vías creativas, de hacer del parate un tiempo de buceo, de componer, de ponernos en situación de laboratorio y experimentos. No vivimos exclusivamente de tocar y tenemos un salario. Podemos darnos el lujo de pensar cómo nos reinventamos en esta situación, pero la cosa ha sido y es muy difícil para quienes trabajan con público y viven de eso.

guillermina y los planetas

- Hay nuevas sonoridades en este proyecto...

- Alguna vez nos han dicho “qué pampeano lo que hacen”. Y entonces reflexionábamos sobre eso. De dónde viene lo pampeano en las composiciones de Planetas. Por un lado es inevitable. Todxs crecimos en este contexto, haciendo música acá. Por otra parte no encontramos en nuestro repertorio formas puras de milonga, estilo, huella, por ejemplo... Ni tampoco letras que nos sitúen inmediatamente en La Pampa. Creo que lo pampeano viene de una sonoridad minimalista, desértica, austera, con mucho aire, que les da a los silencios la entidad de una presencia más que de una ausencia. Tocamos sin percusión casi siempre, encontramos ahí una oscilación, un manejo caprichoso del tiempo que nos gusta mucho, un andar ondulante como de médano movedizo, como de viento. Y usamos armonías que pueden ser un poco ásperas o espinosas. Sospechamos que así construimos nuestra idea de pampeano. Confiamos en unx oyente activx que completa a gusto todos esos silencios, todos esos espacios, que también compone a medida que escucha, con trozos de su propia experiencia.

- En ese sentido, “Engendro” es una pieza que calza exacta en este mapa experimental...

- Con Paula ya veníamos trabajando porque siempre nos pareció una estética muy acorde a la sonoridad de “Planetas”. Esta vez crece el equipo, un trío encantador, para armar una combinación de personajes en collage, ilustración y animación. Un laburazo artesanal al que le dedicaron mucho tiempo y amor.

Pensamos en una técnica plástica que nos acerque a la idea de lo monstruoso, que haga palpable, además, los mecanismos alternativos con los que veníamos haciendo música en pandemia, porque el proceso mismo de grabación en cuarentena empezó como un collage: audios de muy distinta naturaleza, textura y color, generados en distintos espacios-tiempos y dispositivos que se acoplan, tal vez, para transitar nuevas formas, tal vez para anularlas.

En ese sentido, “Engendro” es un organismo multiespecie. Toma de cada especie un pequeño espíritu. Para crecer, le abre una puerta al azar y otra a la maravilla. Pone lo que espanta en la garganta. Rueda en el monte pampeano que a su vez es un LugarOtro.

Este monstruo creció a la par de nuestros interrogantes en pandemia: ¿cómo generar vínculos no dominantes, no excluyentes, relaciones colaborativas entre humanxs, entre especies, entre galaxias? ¿Cómo enlazarnos sin determinismos?

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