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Fertilización foliar y su contribución "Anti Stress"

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Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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Durante los últimos años, varias empresas de insumo de primera línea han desarrollado una división de negocio orientada fundamentalmente a la producción, desarrollo y venta de fertilizantes foliares y elicitores ("vacuna vegetal"). Incluso ya hay en el país algunas empresas que se especializan en esta temática por lo que disponemos de estos insumos, tanto de producción nacional como importados.

El problema radica en la poca difusión que tiene esta tecnología a nivel productor, y en algunos casos a nivel técnico también. Si bien se está evaluando en los organismos públicos y privados destinados a la experimentación agropecuaria y también se cuenta con información generada por las empresas comercializadoras de insumos, aun así hablar de fertilización foliar hoy en día es menos cotidiano de lo que debería ser, comparado con lo popularizada que está esta técnica en otros países como por ejemplo Francia, y los resultados que a ellos les proporciona.

En lo que a Argentina respecta, la gran mayoría de los ensayos que se han llevado a cabo en el pasado han reportado deferencias estadísticamente significativas a favor de los tratamientos en los que se han empleados fertilizantes foliares, e incluso en aquellos casos en donde la diferencia no fue estadísticamente significativa el plus de producción obtenida gracia al fertilizante foliar ha permitido costear los costos de tratamiento.

Es por todo lo expuesto que seguidamente vamos a enumerar algunas cuestiones que el amigo productor y su ingeniero de confianza deberían tener en cuanta, ya que la fertilización foliar se puede transformar en una excelente herramienta, no solo para corregir problemas nutricionales, sino que además puede contribuir a superar situaciones de estrés de una manera más exitosa.

Desde el punto de vista nutricional podemos decir que la planta absorbe unos dieciséis elementos químicos si los cuales no podría desarrollar normalmente. El carbono, hidrogeno y oxígeno son tomados del aire y del agua, mientras que los trece restantes los debe tomar por las raíces o por las hojas. Por otro lado, estos nutrientes los podemos dividir en:

1. Macros nutrientes: la planta los emplea a razón de kilos por hectárea.

2. Micros nutrientes: la planta los emplea a razón de gramos por hectárea.

Estos últimos la única forma eficiente de proveérselos al cultivo es asperjándolo vía pulverización con el agua como vehículo debido a la baja dosis de uso por hectárea.

Otra calcificación importante a tener en cuenta es la movilidad de los nutrientes tanto en el suelo como en la planta. Aquellos nutrientes inmóviles en la planta, sus deficiencias se manifiestan en las hojas en reciente formación, por lo que la aplicación de estos elementos vía pulverización directamente en la zona donde van a ser empleados es un plus interesante a favor de la técnica.

Mientras que los que son inmóviles en el suelo y su requerimiento aumenta durante la etapa de floración y cuajado también conviene aplicarlos vía foliar, pues durante esta fase fenología la relación fuerza destinos hace que para la planta los frutos sean la prioridad, resintiéndose de manera importante la exploración del suelo por parte de la raíz.

Los nutrientes comúnmente empleados en la tecnología de los fertilizantes foliares son el BORO Y ZINC:

- El boro participa en la síntesis de lignina y hemicelulosa, compuestos asociados a la pared celular. Se relaciona también con el proceso de fecundación de las flores, ya que interviene en la formación del tubo polínico y desarrollo temprano del fruto. Es por ello que durante la floración, fecundación y cuaje se convierte en un nutriente limitante.

- En el caso del zinc, este elemento es un cofactor enzimático y su rol más importante es el de ser promotor de la síntesis de auxinas (hormona de crecimiento) asociada al crecimiento de tejidos, división celular y agrandamiento celular.

Además, hay formulaciones que viene acompañadas de otros nutrientes que tiene un efecto estimulante de los procesos productivos de la planta, lo que sinergia su crecimiento y su capacidad de asimilar nutrientes. Un caso interesante son los fertilizantes que vienen con un porcentaje de giberelina en su formulación, la misma es una hormona que interviene en la retención de frutos en el proceso de instalación de los granos en la planta, evitando que la misma se desprenda de algunos de ellos ante una situación coyuntural de estrés.

En resumen, si bien todavía falta información para abrazar masivamente el empleo de fertilizantes foliares, los ensayos llevados a cabo en la Argentina son más que promisorios, por lo que resulta imperioso que técnicos y productores empiecen a probar y conocer esta herramienta de manera de "irle encontrando el punto".

Para finalizar, vale aclarar que esta tecnología resulta un complemento de la fertilización tradicional de base y en ningún caso la reemplaza, siendo lo importante pensar en la nutrición de la planta como la interacción de nutrientes, es decir una provisión balanceada de elementos más que un nutriente en particular.

(*) Mariano Fava - Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP

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