La Pampa

Elecciones: en la UCR se afirma la idea de "desensillar hasta que aclare"

Tras el lanzamiento repentino de Juan Carlos Marino a la gobernación, dirigentes que aspiran a postulaciones en los comicios del año que viene creen conveniente mantener la calma hasta que el panorama asome más despejado.

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EL DIARIO digital

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Por aquello de que la paciencia es signo de sabiduría y con la aparente certeza a mano de que la candidatura de Juan Carlos Marino a la Gobernación resultó muy repentina, otra dirigencia del radicalismo reafirmó su certeza de que es conveniente armarse de calma y "desensillar hasta que aclare".

Marino quiso jugar al anticipo y ya hace algunas semanas dio ese paso que, según algunas miradas de la propia conducción de la UCR, lo dejó en "orsai". Solo el tiempo dirá si fue precocidad o velocidad bien entendida, pero a la luz de su súbito movimiento hay quienes eligieron la estrategia contraria.

Los dos legisladores nacionales son quienes andan con ganas de probarse el traje: el senador Daniel Kroneberger y el diputado Martín Berhongaray son los que tienen alguna posibilidad real de pelear por la Gobernación, más allá de la aparición de Francisco Torroba días atrás, quien no descartó ponerle algunas fichas a ese cargo cuando se vayan definiendo las postulaciones.

Pero si en algo coinciden los tres sectores es en la necesidad de parar la pelota y esperar que una serie de variables se acomoden.

A la pileta

"Marino se lanzó rápido y la pileta estaba vacía", bromeó en diálogo con El Diario un dirigente de la UCR, en referencia a que el exsenador no encontró los rápidos respaldos que pretendía con ese gesto: interpretaba que iban a salir a avalarlo desde distintas localidades pampeanas o dirigentes del partido y eso no ocurrió de manera masiva.

De todos modos Marino es un viejo zorro y no hay dirigente del radicalismo que no le respete su capacidad de armarse y rearmarse, sobre todo porque tiene el objetivo de la Gobernación entre ceja y ceja, trabaja exclusivamente para eso y siempre encuentra a nivel nacional un palenque donde rascarse que le facilite contactos y recursos imprescindibles para afrontar la campaña.

Lo que está claro es que pasará bastante más tiempo hasta que se vean otros sacudones. Kroneberger es el más decidido a ir por la Gobernación, pero aun así detecta que cualquier movimiento puede resultar en falso, en un escenario en el que la población aparece distante de la política partidaria e incluso expresa sobre todo su bronca y descontento con cualquier acción en ese sentido.

De algún modo, y haciendo una comparación odiosa, así como Marino apuró "la política" que en el peronismo pide a gritos el marinismo, el resto de la dirigencia de la UCR prefiere hacer "la gran Ziliotto", que significa mostrar gestión y dedicación a la tarea que los distintos cargos demandan, más que pensar en votos y estrategias proselitistas.

Mirada terrenal

Berhongaray ni quiso hablar del tema ante la consulta de El Diario, pero soltó una frase que describe de modo suficiente qué piensa del asunto: "hablar de elecciones en este momento es medio de extraterrestre", dijo. Su edad también le da más aire: sueña con la Gobernación de la provincia, pero interpreta que si no es el año que viene tiene tiempo para otros intentos.

Además de los dimes y diretes de cada persona y cada línea, después la UCR tendrá que empezar a tejer acuerdos con sus socios políticos, sobre todo el PRO, que a su vez agita desde hace meses -¿para "la gilada" o realmente como objetivo?- la candidatura a la Gobernación del diputado nacional Martín Maquieyra.

La Ley de Paridad obliga a que la fórmula contenga un nombre femenino y esa es también una evaluación que se hace en los distintos campamentos. Los que más apuran al "Ruso" Kroneberger intentaron convencerlo de que la fórmula con Victoria Huala ya se mostró ganadora en las legislativas del año pasado y no debe desecharse como opción para buscar romper el invicto peronista en el Ejecutivo provincial desde el regreso de la democracia.

Parálisis y escenario nacional

Tanto Berhongaray como Kroneberger tienen clara noción cotidiana de que aunque las elecciones son el año que viene, ya aparecen tan entre ceja y ceja del sistema político que el Congreso luce poco menos que paralizado por esa circunstancia y por la paridad de bancas que dejó a las cámaras en una suerte de "virtual empate" que  las inmoviliza.

En ese escenario se destaca que el partido haya iniciado algunos movimientos, encuentros y reuniones políticas. Pero eso no permite meter bajo la alfombra la dura realidad socioeconómica que impacta en la ciudadanía generando desánimo y hartazgo con la "clase política".

Entonces la estrategia de ambos es mostrar su tarea, recorrer la provincia y no hablar de elecciones.  En silencio y sin hacer olas, Kroneberger aceita sus relaciones con el PRO y Berhongaray pretende ser el elegido del partido, desechando además la candidatura a la intendencia de Santa Rosa.

Pero además de que es una mesa de por lo menos tres patas -porque también anda Marino dando vueltas-, resulta una incógnita para qué lado disparará el escenario nacional, en el que Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich tienen los mimos del establishment y asoman como presidenciables.

La UCR corre de atrás con Gerardo Morales y Facundo Manes, y el radicalismo parece tener tan clara esa evidencia de debilidad ante su socio macrista que en ocasiones parece que negocia a la baja.

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