La Pampa

Presentarán una muestra sobre Mariano Miró, el pueblo que desapareció

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Con material arqueológico y los vestigios del pueblo que se descubrió hace una década, enterrado bajo un campo de soja, armaron una muestra. Se presentará en Hilario Lagos y Alta Italia.

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EL DIARIO digital

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En Alta Italia e Hilario Lagos preparan una muestra sobre Mariano Miró, el pueblo que desapareció. La denominaron "un éxodo polvoriento". Este viernes viajaron a Alta Italia la subsecretaria de Cultura, Dini Calderón, la directora provincial de Patrimonio Cultural, Elina Sáez, y la arquitecta Liliana Steibel, del equipo de la dirección. Entregaron de manera formal el material arqueológico del sitio Mariano Miro al Museo Histórico Municipal “José Giorgi”, declarado por resolución N° 130/19 Repositorio Arqueológico Adicional.

La entrega se realizó al intendente, Hernán Gaggioli, y la viceintendenta, Gilda Rodríguez. Según se informó oficialmente, el contenido de lo entregado en 11 cajas quedará en la localidad para poder ser expuesto y visitado por las personas interesadas. Cabe recordar que el material fue recolectado inicialmente por la maestra Alicia Macagno y sus alumnos en el año 2011, e inventariado por el equipo de arqueólogos dirigido por la Alicia Tapia. Lo había retirado de Hilario Lagos la secretaria de Cultura en diciembre de 2018.

Cultura informó que, una vez que se completó el trabajo de registro fotográfico y embalado apropiadamente, se procedió a seleccionar piezas que dieron origen a la preparación de una muestra museográfica titulada “Un éxodo polvoriento”, realizada por la museóloga Liliana Touceda y la arquiteca Liliana Steibel, que también fue entregada en la localidad.

Ambas localidades, Hilario lagos y Alta Italia, comparten este material, y efectuarán un trabajo mancomunado, indicaron. El material quedó en el museo y luego se volverá a viajar para el armado de la muestra.

Hallazgo y documental

En agosto de 2018 se proyectó en el Cine Amadeus de Santa Rosa el documental “Miró. Las huellas del olvido”. Dirigido por Franca González, cuenta la historia de un poblado, Miró, ubicado en el norte de La Pampa, que yacía tapado por la soja. Su vida se cortó abruptamente en 1911 y casi nada sobrevivió de él en la memoria de los pobladores de la zona.

La vida del pueblo fue corta, de 1901 a 1911, y casi nada sobrevivió de él en la memoria de los pobladores de la zona. Pero en 2011, la docente Alicia Macagno y sus alumnos, estando de picnic sobre la llanura cotidiana, hallaron material en superficie que daba cuenta de que en un tiempo pasado hubo vida urbana, donde hoy solo se erige una estación de tren llamada Mariano Miró, del Ferro Carril del Oeste, que partía de Retiro a Mendoza y por cuyas vías sigue pasando el tren.

Pocos días antes el campo había sido arado. Los chicos hicieron un pozo y vieron con qué facilidad aparecían más piezas, y más y más. Pedazos de botellas, candados, algún clavo, hasta un fragmento de balanza. Así, hasta reunir 4000 elementos. Entonces, decidieron presentarlos en la Feria Provincial de Ciencia, y es a partir de ese suceso que la Subsecretaría de Cultura conoce el tema e interviene, acudiendo a los arqueólogos.

Delimitaron un área de 240 por 150 metros, dividida en cuadrículas de dos metros, donde recolectaron en superficie 11 mil artefactos, desde monedas y botellas de gres o champagne hasta bombillas, botas de cuero, cerámicas y tenedores.

Un censo de 1905 estableció que Miró tenía 495 habitantes, con los servicios típicos de un pueblo rural: herrería, almacén de ramos generales, hotel y peluquería, aparte de los galpones del ferrocarril y chacras. En el Museo del Ferrocarril, en Capital Federal, y perdidos en unos estantes había seis mapas de Mariano Miró, de 1902 a 1911, que fueron reflejando pequeños cambios internos. El pueblo carecía de parroquia, dependencia municipal o plaza principal, su estructura se centraba en la estación de la que salía una calle ancha y a su alrededor los comercios.

El dueño de todas esas tierras era Santamarina. Y sigue siendo de esa familia terrateniente. El pueblo se creó gracias a que la familia propietaria arrendó las tierras, pero llegado 1911 terminó el contrato y decidieron que ya no querían un poblado allí y que iban a explotar esas hectáreas para uso agrícola, como hasta hoy.

En cuestión de meses, las familias se fueron y crearon dos nuevos pueblos: Hilario Lagos y Alta Italia, a una veintena de kilómetros. Curiosamente, en ninguna de estas dos localidades tenían conocimiento acerca del pueblo del que provienen.

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