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Se acabó una espera que pareció eterna

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El equipo de primera de básquet de All Boys comenzó con entrenamientos individuales y sectorizados.

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EL DIARIO digital

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El básquetbol en la provincia volvió a latir después de tres meses. Y desde el martes 16 de junio, en Santa Rosa, All Boys fue uno de los clubes que puso primera. Se acabó, entonces, una espera que pareció interminable por poco menos de cien días.

El Coronavirus obligó a tomar medidas antipáticas para algunos, molestas para otros, pero en definitiva, eficientes y necesarias. Se eliminaron, así, las actividades deportivas de conjunto, las que podían contacto, las individuales, y todos a quedarse en casa.

En ese tiempo de espera, de incertidumbre, se acabaron los torneos, las temporadas se cancelaron de manera anticipada y todos tuvieron la misma pregunta: ¿Cuándo se vuelve?

Finalmente y después de casi tres meses, la pelota de básquet volvió a picar en varios clubes de la provincia. All Boys, con la bronca fresca del adiós a un Federal que pintaba bien, regresó un martes 16 de junio con todas las medidas sanitarias y protocolares del caso. Así como lo expresa el decreto provincial del Gobernador Sergio Ziliotto.

Los entrenamientos serán de a 45 minutos, de manera individual y con un máximo de diez jugadores en la cancha principal y 6 en la cancha auxiliar del Aquiles José Regazzoli. Poco a poco el gimnasio emblemático del centro de la ciudad capital de la provincia se llenará de jugadores que desean volver a sentir esa atmósfera diferente y especial.

“Uf… ¡se hizo eterno!” le cuenta, después de un suspiro, Juan Cruz Gavazza a El Diario. El entrenador, aunque no está escrito, no solo encabeza el plantel mayor que, salvo Gerónimo Fernández Chávez, estuvo completo en esta vuelta.

“Esperábamos esta habilitación hacía bastante tiempo. Si bien es deporte de conjunto, se trabaja de manera individual, con todas las medidas de seguridad. Sabemos que está prohibido el juego, los ejercicios por parejas, pero regresar, después de tres meses, está buenísimo”, aporta el entrenador.

La programación del entrenamiento se enfoca en el trabajo físico, trabajo con pelota individual (dribbling, algo de lanzamientos) y ejercicios de elongación. Así, desde la categoría más pequeña (Escuelita, a partir de los 5 años) hasta la mayor.

Protocolo

All Boys fue uno de los primeros clubes en presentarle al gobierno provincial un protocolo sanitario para regresar a las actividades. El básquet, en eso, fue punta de lanza. La idea era generar espacios en un ambiente grande, trabajar individualmente y evitar los contactos con elementos y entre compañeros. “Nosotros cuidamos todos los detalles para respetar el protocolo que después fue el que terminó presentando la Federación Pampeana de Básquet” indica JC.

Ahora, sin competencia nacional en el camino, solo queda estar en movimiento, activos y atentos.

“Sabemos que la competencia la tenemos demasiado lejos por ahora, pero el básquet es pasión, y por eso teníamos muchas ganas de volver. Ninguno de los que entrena, de primera, tiene compromiso porque la competencia está lejos, no cobran salarios y están todos. Más allá de la profesionalidad, los chicos van a entrenar por la pasión”, aporta.

Sin Federal en el camino y en una provincia con pocos casos COVID-19, la pregunta se direcciona al torneo doméstico. ¿Se ilusiona entonces All Boys con retomar la marcha arrasadora en el campeonato pampeano? “Al Federal lo vemos lejos por este año, hasta que no se solucione todo, no creo que se juegue. A nivel Provincial tal vez sea más factible porque no tenemos tantos casos en la provincia, de todos modos me parece difícil que también se pueda jugar”.

Juan Cruz coordina la actividad. Y junto a los profes trabajó en la diagramación de las distintas categorías y días. Habrá entrenamientos con grupos reducidos de 10 a 12 horas, y de 14 a 20 horas. Serán tres entrenamientos por semana por categoría. “En un principio creíamos que los más chicos no podían ir, pero están habilitados para entrenar. Es difícil organizar todo, ya necesitábamos antes un club más grande por la cantidad de chicos, ahora es como que se reduce todo y hay que utilizar más horarios”, admite el joven técnico, mientras poco a poco vuelve a empaparse de este maravilloso mundo del básquet. En su casa y con la gente que le gusta estar rodeado, pero en una nueva y diferente normalidad.

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