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Un cuarto de siglo de un golpe Gordo

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Se cumplen 25 años de la victoria más importante de Marcelo Domínguez en Francia.

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EL DIARIO digital

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Los aniversarios son especiales. Y más cuando se cumplen tantos años de un hecho histórico. Veinticinco años atrás, Marcelo Fabián Domínguez, consiguió una resonante victoria en Saint-Jean de Luz al conquistar el campeonato del mundo de peso crucero.

"Me dijo que todos los boxeadores soñaban con tener ese cinturón, y mucho más el del Consejo, que debía defenderlo como algo sagrado", recuerda el Gordo.

El martes 25 de julio de 1995, en un pequeño recinto de una comuna de Pirineos Atlánticos, con menos de dos decenas de salidas rentadas El Gordo Domínguez resolvió su pleito con el francés Akim Tafer de forma categórica en el noveno asalto.

"Siempre digo, un poco en chiste y un poco en serio, que nunca me sentí tan católico. Cuando metí la mano y se cayó, recé veinte mil padrenuestros pidiendo por favor que no se parara más", evocó Domínguez y se extendió en detalles de aquella jornada gloriosa.

"Tenía ansias de subir, la espera, la bandera, y todo, empujaba a mi equipo hacia el ring. Tafer tardó mucho en subir. Mi esquina daba directo a la salida de los boxeadores y yo veía que estaba en la puerta, parado, y le hacía señas, vení, dale, vení… que se subiera de una vez. Después, la pelea fue dura. Mucho calor en un estadio chico, las luces bajas, los reflectores me pegaban en la espalda y me mataban", memoró.

No bien consumado el nocaut, en lo que único que pensaba, refiere Domínguez, era en que el supervisor del Consejo Mundial le calzara el cinturón: "él me hacía esperar, y mientras me lo ponía me decía que era un momento especial, y un cinturón especial, que todos los boxeadores soñaban con tenerlo y que esperaba que yo lo tomara como algo sagrado. Así lo hice y cuando volví a cruzarme con ese fiscal, unos quince años después, en Rusia, me abrazó y agradeció que lo hubiera escuchado y hecho quedar bien. Para mí fue un gran halago".

A modo de curiosidad, el ex campeón argentino y sudamericano de los pesados repone que como Saint-Jean de Luz no era una ciudad en la que se realizaran festivales de boxeo a menudo. "Cuando fuimos al estadio descubrimos que era una cancha de pelota a paleta. Nos sorprendió. La pelea fue adentro del estadio, chiquito, de pelota vasca. La verdad, lo que más me importaba era lo que estaría en juego, lo que iba a lograr. Y el pesaje fue en una plazoleta grande. Mi preparador físico, Omar Patiño, me dijo ‘quedate tranquilo, éste no da el peso’. ¡Tafer era gigante! La espalda que tenía ese hombre. Pero dio bien el peso y yo estaba muy bien".

A Tafer volvió a derrotarlo, esta vez hacia agosto de 1997 en la Costa Azul, estadio La Palestre, en una de las cinco defensas airosas que incluyeron asimismo al argentino Reinaldo Giménez, el ruso Sergey Kobazev, otro francés de origen árabe, Patrice Aoussi, y el brasileño José Arimatea de Silva.

Domínguez perdió el título ganado hace mañana 25 años el 21 de febrero de 1998, en Mar del Plata, a manos del cubano Juan Carlos Gómez, ante quien volvió a caer en marzo de 1999, así como en otros dos intentos de recuperar la faja: en 2001 con el británico Johnny Nelson y en 2006 con el galés Enzo Maccarinelli.

Combatió hasta los 45 años inclusive, marzo de 2012, cuando superó al mendocino Nelson Domínguez en Caseros, para completar un récord de 48 triunfos y 8 derrotas.

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